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Julio Menchaca Salazar, gobernador electo

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Julio Menchaca Salazar, gobernador electo

RETRATOS HABLADOS

Al recibir su constancia que lo acredita como gobernador electo del estado de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar invitó a todos los hidalguenses, “a la reconciliación, al trabajo unido y al respeto a cada plataforma e ideología, porque la población de la entidad se lo merece”.

Un llamado oportuno, fundamental en estos tiempos de la Cuarta Transformación, en los que prolifera la estrategia de hacer lo contrario: provocar el distanciamiento, la desunión, y el nulo respeto a lo que otros piensen, porque a la postre rinde frutos que son victorias, y porque el discurso de Primero los Pobres, con todo y la justicia social que lleva implícita, lleva en sí mismo el efecto inmediato de la confrontación entre los que tienen, y los que no.

Menchaca Salazar está ante el mayor reto de su vida, pero también la mejor oportunidad de llevar a la realidad el proyecto que, seguramente, todo hidalguense tiene en la mente para llevar un poco de esperanza, traducida en hechos, a una inmensa mayoría que ha transitado por la vida en calidad de sobreviviente.

Si bien es cierto que la figura presidencial resultó ser en cada una de las elecciones para renovar el Poder Ejecutivo en el país, elemento básico y vital para que su partido, Morena, lograra sendos triunfos en cuatro de seis entidades de la República que estaban en disputa, el ahora mandatario estatal electo, sabe que Andrés Manuel López Obrador solo hay uno, y que sin duda alguna él espera que cada uno de los gobernadores surgidos de su movimiento, deben hacer lo necesario para mostrar y demostrar sus propios estilos de usar el poder, y no convertirse en una burda imitación de lo que él hace.

A favor del sucesor de Omar Fayad Meneses, existe una de las trayectorias académicas y laborales más ligadas a una aplicación estricta de las leyes, pero también un marcado estilo ajeno a las imposiciones o arrebatos, mucho menos la prepotencia. Abogado de profesión, Menchaca Salazar tiene de su lado la vocación por escuchar antes de emitir cualquier juicio, y no en balde su paso como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo.

Con experiencia también en la promoción económica de la entidad, el gobernador electo sabe que la falta de empleos bien remunerados en territorio hidalguense, es uno de los problemas más críticos que se viven, con todo y poseer tal vez la localización geográfica en el mapa nacional, más adecuada para convertirse en un polo único de desarrollo, pero también en la logística de distribución de productos.

Sabe también que Hidalgo, a sus habitantes, desde siempre la Federación le debe un acto fundamental de justicia social, no solo con el compromiso de no volver a inundar la región de Tula o dejarnos sin agua potable, y por el contrario, sí, con el otorgamiento de una obra vital para detonar el crecimiento industrial de la entidad.

Olvidado con bastante frecuencia del progreso nacional, considerado de plano como el invitado de piedra a las cenas, Hidalgo puede estar en la antesala de cambiar de una vez y por toda su destino.

Ya no fue el Aeropuerto, tampoco el apoyo federal para dar vida a nuevos parques industriales que se quedaron en fase de “elefantes blancos”, en fin, toda una lista eterna de fallidos proyectos, no por malos, sí porque la Federación ha tenido siempre otras prioridades, y no la de los hidalguenses.

Julio Menchaca tendrá que asumir ese reto, por la simple y sencilla razón de que el tiempo se agotó.

Rescatar lo bueno de cada uno de los proyectos truncos, pero escamoteados por los intereses políticos, es una tarea vital para no arrancar de cero. Hay muchos sueños a la espera de transformarse en realidad.

Hay también un espacio para dar vida a un organismo que rescate y conserve lo que se haya hecho en ese renglón en otros sexenios. Organismo que por vez primera dé continuidad a lo que sirva, y con una actitud nueva, que no vea en la venganza simple y absurda la base firme de su administración.

Por muchas razones se antoja que el gobernador electo, puede demostrar con hechos concretos y simples, que no perderá el tiempo de su gestión, en culpar de todo a los que ya se van o ya se fueron hace mucho, para no quedar en la hoy trillada historia, y poco creíble, del que insiste en achacar todo, incluso sus propios yerros, al ignominioso pasado.

Hoy es el tiempo único, vital, que se tiene para llevar al plano de la realidad, cada uno de nuestros sueños, cada una de nuestras esperanzas.

Que todo sea para bien del pueblo hidalguense.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarex.mx

@JavierEPeralta