En recuperación. Tras un comienzo de año complicado por lesiones, Juan Mónaco (148º del mundo) vuelve a tener buenas sensaciones. El argentino derrotó al estadounidense Sam Querrey (35º) por 6-4 y 6-4 en Houston y así se instaló en semifinales por primera vez en 14 meses.
En el único torneo en clay en Estados Unidos, donde supo ser campeón en 2012, Mónaco se dio un gusto grande. El tandilense tuvo un buen inicio de partido. Luego de dejar correr un 40-0 con la devolución en el primer game, firmó un decisivo quiebre para el 3-2 para empezar a encaminar la historia. Es cierto, también tuvo que sacar adelante dos momentos tensos con su saque en el 1-2.
El argentino lo podría haber cerrado antes, incluso, ya que tuvo un par de set points en el 5-3, pero todo se definió con un contundente game de servicio -perdió apenas cinco puntos por esa vía en el set- para establecer el 6-4 en 36 minutos de acción
Ese envión anímico lo ayudó a arrancar a pleno en el siguiente capítulo, con una rotura en el primer juego sobre el servicio del quinto cabeza de serie. Con solidez, afirmado desde la base frente a un adversario que se siente más a gusto en canchas duras, Mónaco mantuvo la diferencia. En todo el choque, concretó apenas dos de las 10 ocasiones de quiebre, en tanto que su rival no pudo en ninguna de las tres que generó.
Así, se puso 5-1 en los choques ante el local (el anterior había sido también en polvo de ladrillo, en Niza 2015). El argentino busca recuperar ritmo de competencia y confianza. De hecho, Pico viene de conseguir su primera victoria ante un Top 25 (Benoit Paire) desde Miami 2015 y logró su primer acceso a semis de un ATP.