◦ António Guterres exhorta a las autoridades birmanas a que detengan las operaciones militares contra la minoría musulmana de los rohingya
El comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, calificó la víspera de “brutal” la operación militar contra los rohingya y consideró que es “un ejemplo de libro de limpieza étnica”. Los representantes birmanos en la ONU rechazan la acusación en estos términos y aseguran que nunca tolerarán estas atrocidades
El secretario general de la ONU, António Guterres, exhortó a las autoridades de Myanmar (antigua Birmania) que detengan las operaciones militares contra la minoría musulmana de los rohingyas. El portugués considera, incluso, que no hay una palabra que defina mejor su expulsión forzada que la de limpieza étnica aunque él no pronunció esa expresión. La situación humanitaria en Bangladés, a donde han llegado en poco más de dos semanas casi 380.000 rohingyas es “catastrófica” y pide que se permita la ayuda a estos desplazados.
Guterres teme que la crisis tenga efectos desestabilizadores en toda la región. La situación en Bangladés, un país pobre y superpoblado, es “extrema”, alertó. El ataque a civiles, insistió, es “completamente inaceptable”. El jefe de la ONU se refirió a la situación de esta minoría en la rueda de prensa previa a la reunión de la Asamblea General, que empieza el próximo martes.
Pese a su condena, Guterres fue cuidadoso con las palabras al ser preguntado si consideraba estas atrocidades como un caso de limpieza étnica. “Le voy a responder con una pregunta”, contestó: “Cuando un tercio de la población rohingya debe huir del país, ¿podría usted encontrar una palabra que lo describa mejor?”. Guterres respondió que no es momento de perderse en la terminología, al ser indagado si es un genocidio. “Hay que pararla ya”, reiteró.
La ofensiva militar criticada por Guterres fue lanzada por Birmania en represalia por un ataque simultáneo contra varias comisarías, en el que el brazo armado de los rohingyas mató, el 25 de agosto, a una decena de agentes.
La líder del Gobierno birmano y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, anunció el miércoles a través de un portavoz que anula su viaje a Nueva York para intervenir la semana que viene en la Asamblea General de la ONU. Permanecerá en su país para “gestionar la ayuda humanitaria” y “las preocupaciones de seguridad”, detalló. También anunció que la que fue símbolo de la lucha de su patria a favor de la democracia dará un discurso televisado el día 19 “a favor de la paz y la reconciliación”.
El portavoz precisó que al menos 176 de los 471 pueblos habitados por los rohingya (musulmanes) en el oeste de la mayoritariamente budista Birmania están vacíos después de que “todo el pueblo huyera”.