Home Nación Javier Duarte, en prisión guatemalteca, en espera de su extradición a México

Javier Duarte, en prisión guatemalteca, en espera de su extradición a México

0

Estaba en un lugar turístico… no se escondía

El exgobernador de Veracruz, que llevaba prófugo seis meses, fue detenido el sábado por la noche en una zona turística del país centroamericano
Tras conocerse la detención, dirigentes opositores exigieron que Duarte rinda cuentas ante la justicia mexicana. Mientras, algunos dirigentes del PRI, como Del Mazo, enarbolaron la lucha contra la corrupción, tan cuestionada por los pocos resultados que ha dado. En un comunicado, el PRI aseguró que “las acciones del Gobierno de la República y del presidente Enrique Peña Nieto, acreditan que México está cambiando”. Tanto el canciller y hombre fuerte del Gobierno, Luis Videgaray, como el propio Peña Nieto guardaron silencio sobre la detención de Duarte, al menos hasta el mediodía de ayer.
El exgobernador de Veracruz Javier Duarte, prófugo desde hacía seis meses hasta el sábado por la noche, espera ya en una prisión de Guatemala su extradición a México. El exgobernador, uno de los símbolos de la impunidad política en México, fue trasladado al cuartel militar de Matamoros después de ser detenido en un complejo hotelero a orillas del lago Atitlán, uno de los enclaves turísticos de Guatemala.
La detención de Duarte se produjo a las 20:00 horas (21:00 horas en México). Se encontraba en el hotel La Riviera, en el municipio de Panajachel. Un lugar turístico, más aún en Semana Santa, demasiado si alguien prófugo lo que pretende es pasar inadvertido.
Según las autoridades guatemaltecas, Duarte llevaba dos días hospedado en el lugar con nombre falso. La forma en que fue detenido no está aún del todo clara. Algunas versiones apuntan a que los agentes federales lo arrestaron después de que saliera al lobby del hotel para tratar de hacer una llamada ante la mala comunicación que había en su habitación; otras señalan que salió a pedir un licor y que la policía le estaba esperando. Todas coinciden en que, en un primer momento, Duarte negó su verdadera identidad, aunque finalmente no opuso resistencia.
Las imágenes del arresto del exgobernador de Veracruz, de 43 años, dan cuenta de un hombre desaliñado, con varios kilos más de los que lucía, ya orondo, cuando se dio a la fuga hace seis meses; también la de una persona que a ratos se muestra desafiante, nervioso, pero que tampoco puede evitar reír, una sonrisa cuando menos cínica en el momento en que era trasladado por la policía guatemalteca.
Duarte espera en la prisión de Matamoros, en Ciudad de Guatemala, su extradición a México. Resuelta la incógnita de dónde se encontraba, México busca ahora una respuesta convincente a la pregunta de si es casual que haya sido detenido a mes y medio de unas elecciones trascendentales para el que fuera su partido, las del Estado de México, bastión desde hace 90 años del PRI. Por primera vez, la victoria de la formación del presidente, Enrique Peña Nieto, que salió hacia Los Pinos desde la Gobernación del estado de México, está en entredicho. Ninguna de las encuestas da como ganador holgado al candidato, Alfredo del Mazo.
El exgobernador de Veracruz estuvo prófugo desde el 13 de octubre del pasado año, cuando un juez dictó una orden de arresto en su contra. Duarte renunció a su puesto, días antes para, según dijo, defenderse de las decenas de denuncias que pesaban sobre él, desde delincuencia organizada, lavado de dinero o vínculos con el narcotráfico. La PGR le imputa el saqueo fondos públicos de las secretarías de Salud y Educación.