Jared Kushner se balancea en el abismo

En la cuerda floja el esposo de la hija de Trump

El yerno de Trump, con el FBI pisándole los talones por la trama rusa, se ha vuelto el eslabón más débil del círculo presidencial
Hijo de Charles Kushner, un magnate del ladrillo de New Jersey, su boda en 2009 con Ivanka fue vista como la unión de dos linajes áureos de la Costa Este. Rascacielos, fama y lujo. Esa era la combinación. Ella aportaba el esplendor rubio y siempre excesivo de los Trump, él los 4.000 pisos del padre y una capacidad innata para mandar. Había poderío, pero nadie atisbaba la Casa Blanca en el horizonte. Ni siquiera Kushner.
Los tiempos han cambiado para Jared Kushner. A sus 36 años, el yerno de oro, el hombre que todo lo podía en el Despacho Oval, ha entrado en crisis. Su última derrota ha sido la ruptura del Acuerdo de París, pero ya antes, Trump le había mostrado signos de hartazgo, y lo que es peor, el escándalo ruso, esa bestia que todo lo devora en Washington, le había alcanzado. Con el FBI pisándole los talones, el antaño poderoso asesor es ahora el eslabón más débil del círculo presidencial.
“Todo puede ocurrir. En este momento, su único aval es su esposa, Ivanka. Si le despiden, ella se iría también y el presidente perdería dos consejeros por uno”, señala el analista Walter Saphiro. “Tiene suerte de ser joven e inexperto, eso aún le otorga el beneficio de la duda, pero ha sido demasiado ingenuo en su trato con los rusos y en los asuntos diplomáticos”, explica Lynn Ross, profesora de Política Pública de la Universidad de Georgetown.
El yernísimo se ha visto sorprendido por un incendio que ha alimentado su propia ambición. Esposo de la hija predilecta del multimillonario, su ascenso rompió los cauces habituales en la meritocracia americana. Jamás había ocupado cargo público ni se había presentado a elección alguna. Como muchos seguidores de la primera hornada, recibió la púrpura exclusivamente por su proximidad a Trump.

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