El Gobierno responde con mano dura al atentado que causó cuatro muertos y seis heridos en un restaurante del centro de Tel Aviv. La policía detuvo a sus dos autores y a un cómplice -jóvenes palestinos procederes de Yata, Cisjordania- y el Ejército redobló las restricciones de movimientos que pesan sobre la población de los territorios bajo ocupación militar desde 1967.

Israel dio ayer viernes, el primero del mes de Ramadán, una nueva vuelta de tuerca a las restricciones impuestas a palestinos tras el atentado que el miércoles causó cuatro muertos en Tel Aviv. El Ejército estableció un bloqueo en todos los accesos de Cisjordania y selló por completo Gaza, incluso para periodistas y cooperantes, hasta la medianoche del domingo, coincidiendo con la celebración musulmana y la fiesta judía del Shavuot, y solo permitirá el paso para atender casos humanitarios, como el traslado de enfermos.

La medida no afectó en principio a los miles de palestinos que se dirigían en la mañana a Jerusalén para participar en el rezo del mediodía en la mezquita de Al Aqsa, aunque a los hombres menores de 35 años se les ha prohibido la entrada. El Gobierno israelí canceló el jueves 83.000 permisos concedidos a palestinos para acceder a territorio bajo control israelí durante el Ramadán.

El bloqueo de los territorios palestinos viene siendo habitual durante la ola de violencia registrada en los últimos ocho meses. Las Fuerzas Armadas ya adoptaron esta decisión durante la celebración de la fiesta de la Pascua judía, en abril, y del Día de la Independencia, en mayo.

Miles de miembros de las fuerzas de seguridad –policías, agentes de fronteras (paramilitar) y soldados– se han desplegado en la Ciudad Vieja de Jerusalén para reforzar la vigilancia durante el primer viernes de Ramadán, en el que decenas de miles de musulmanes acuden a rezar a la Explanada de las Mezquitas.

A partir de la noche de ayer y hasta el domingo, una multitud de judíos se concentrará también en el Muro de las Lamentaciones durante la celebración del Shavuot, la fiesta religiosa judía de las Primicias que marca la cosecha de los primeros frutos.