Agentes israelíes armados patrullan en el interior del Santo Sepulcro. Miles de cristianos palestinos no podrán visitar el templo en Semana Santa a causa del cierre de los territorios
Más de 3.500 policías israelíes patrullan durante la Semana Santa por las calles de Jerusalén, donde está prevista la llegada de unos 150.000 visitantes procedentes de todo el mundo. A la confluencia de fechas en la celebración de las Pascuas católica y ortodoxa este año se suma la coincidencia con las fiestas del Pesaj, la Pascua judía que comenzó la noche de ayer. El Gobierno de Israel ha decretado el cierre de los territorios ocupados palestinos por razones de seguridad. Se espera que estos días miles de visitantes judíos y de peregrinos cristianos abarroten los santos lugares de la Ciudad Vieja. Las autoridades han blindado el recinto amurallado –centro de todas las celebraciones–,vigilado además en tiempo real a través de 400 cámaras.
Las fuerzas de seguridad quieren evitar que se repitan escenas como las vividas el pasado día 1 de abril en el barrio musulmán. Ese domingo, con las calles atestadas turistas, un joven palestino apuñaló a dos religiosos ortodoxos judíos y a un policía israelí antes de ser abatido por otros agentes. Se vivieron momentos de pánico y todos los visitantes de la Ciudad Vieja, quedaron atrapados intramuros, porque la policía cerró los accesos.
La situación actual es alerta máxima. El portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld, prevé que los momentos con mayores aglomeraciones se producirán en la mañana del jueves en la plaza del Kotel, donde se espera que unos 100.000 judíos acudan al Muro de las Lamentaciones para ser bendecidos, y el sábado en la basílica del Santo Sepulcro, donde se llevará a cabo la llamada ceremonia del fuego en la que que los cristianos ortodoxos celebran la resurrección de Jesucristo.