“Hemos hecho historia”, aseguraba el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ante las encuestas a pie de urna que anticipan una victoria de más de 30 puntos del “sí” al aborto en el referéndum del 25 de mayo (68% a 32%). Los primeros resultados le han dado la razón. Con el 10% de los votos escrutados, el “sí” vencía al no por 67% frente al 32%. La participación fue al final del 63,5%, la más alta registrada en un referéndum.
Los primeros datos oficiales ya confirmaban desde primera hora la tendencia detectada en las encuestas de una apabullante ventaja del “sí”. En el distrito central de Dublín, con el 61% del recuento, la diferencia de un 77% a un 23%. En las zonas más conservadoras, como el condado de Clare, en Shannon, la proporción era de un 60% a un 40% a favor de la revocación de la octava enmienda constitucional que restringía hasta ahora el aborto.
La campaña antiaborto “Salvad la Octava enmienda”, reconoció la derrota en el referéndum a media mañana del sábado con un comunicado en el que lamenta “la tragedia de proporciones históricas” ocurrida en Irlanda. “El niño no nacido no tiene ya reconocido el derecho a la vida en nuestro estado”, podía leerse en el comunicado de la campaña. “Pronto tendremos una legislación que permitirá matar a los bebés en este país”.