Inmundicia plástica

HOMO POLITICUS

Mi tesis, es que mientras la preservación ecológica no constituya una fuente de grandes ingresos para las potencias, no se preservará ni madres, esto es evidente; sí preservar un bosque en vez de talarlo dejara dinero, no tendíamos desiertos y carencia de agua

 

La mierda nos llega al cuello. La depredación del planeta, pese a que no parece ser un tema nuevo y, con el cual vivimos sin que ello implique asombro casi para nadie, advierte claramente una situación límite que ha sido desatendida y cuyas repercusiones están a la vista no sólo para nuestra especie, sino para la biodiversidad, de la cual, hay que decirlo, poco conocemos.

            La verdad verdadera – como dice Chomsky-, es que los seres humanos no aprendimos, y quizá jamás lo haremos, a coexistir en armonía con la naturaleza; la hemos utilizado y depredado hasta el cansancio, y los estragos están a la vista en las grandes ciudades donde prácticamente es insalubre vivir.

            Empero algo empapela la discusión. En la mayor parte de los casos los debates en torno a la preservación del ecosistema tierra, son sólo eso, debates que no se concretan en acciones que generen un cambio social hacia su conservación y respeto; por el contrario, los grandes foros y cumbres mundiales como el de Davos, se convierten en escaparates de una falsa conciencia, donde los intereses económicas de las grandes potencias son custodiados, porque ninguna de ellas está dispuesta a perder presencia de mercado aunque esto signifique ensuciar y aniquilar al planeta.

            Mi tesis, es que mientras la preservación ecológica no constituya una fuente de grandes ingresos para las potencias, no se preservará ni madres, esto es evidente; sí preservar un bosque en vez de talarlo dejara dinero, no tendíamos desiertos y carencia de agua; sí preservar el agua dejara dinero, como ya lo deja vendiendo agua purificada, sin que ello implique que las compañías que lucran con ella preserven manantiales y hagan conciencia de su valor de vida, seguramente tendríamos ríos de vida y con vida, y no, formas lacustres de basureros.

            Precisamente en el Foro Económico de Davos, se señaló una realidad asquerosa; se ha hecho el cálculo que dado la demanda y crecimiento exponencial de la industria del plástico a nivel mundial, en el año 2050 existirá más plástico en el planeta que peces en el mar. Una verdadera mierda.

            Las cifras son inimaginables para una mente cualquiera, existen un mil ciento veinticuatro millones (1.124 millones), de toneladas de plástico y sólo se recicla el 14% de este, lo demás se vuelve desperdicio que se acumula por doquier sin uso ninguno.

            La mierda nos llega al cuello.

 

DIARIO PLAZA JUÁREZ

 

 

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