Aunque la inflación se sigue manteniendo dentro de la meta del 3% establecida por el Banco de México (BANXICO), la inflación de noviembre resultó ser la más alta desde diciembre de 2014
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha publicado el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) correspondiente al mes de noviembre, indicando que se produjo un aumento mensual en los precios de la canasta básica de 0.78%; por lo que la inflación promedio anual pasó a ser del 3.31%, respecto al mismo mes de 2015. Sin considerar los bienes de la canasta básica que tienen una mayor variación, el índice de precios subyacente aumentó sólo en 0.22% en noviembre respecto al mes de octubre y la inflación anual fue de sólo 3.29%.
La culpa de este aumento, según el INEGI, fueron los incrementos en los precios de las mercancías, los cuales se incrementaron en 0.13%, los servicios que crecieron en 0.31%, los precios de los productos agropecuarios que se incrementaron en 0.73% y los precios de las energía que se incrementaron en 3.71%; sólo las tarifas eléctricas se incrementaron en 25.6%.
Aunque la inflación se sigue manteniendo dentro de la meta del 3% establecida por el Banco de México (BANXICO), la inflación de noviembre resultó ser la más alta desde diciembre de 2014; no obstante, siempre acorde con los objetivos de inflación del BANXICO que desde la crisis de los errores de diciembre en 1994, continúa tercamente determinando la política monetaria y económica del país por sus objetivos de inflación.
Pero la inflación es mucho más que ese ligero incremento del 0.78% mensual o ese 3.31% anual. Por supuesto, la inflación la perciben los millones de hogares del país, los millones de amas de casa y hombres que salen al mercado o realizan compras a través de los mercados virtuales. Electricidad, tomates, pepinos, autos, boletos de avión, hoteles, etc., han incrementado sus precios.
Las personas que realizan compras y escuchan que la inflación ha bajado o que ha sufrido un incremento mínimo se ríen de tales afirmaciones, cuando ven que sus salarios y los ingresos de sus hogares son insuficientes para cubrir sus gastos, ante los ridículos incrementos salariales anuales o a la rigidez con que se mantienen en muchos casos.
El dinero no les alcanza a los hogares para hacer sus compras hoy, de ahí que la pobreza haya pasado de 53.5 millones de 2012 a 55.3 millones en 2014; los ingresos de los hogares se han deteriorado en estos años y el poder adquisitivos de los salarios ha sufrido un deterioro de entre el 70 y 80%
El INEGI señaló en 2015 que “El ingreso promedio trimestral de los hogares en el país en 2014 se ubicó en 39,742 pesos, lo que implicó una caída de 3.5% en términos reales respecto a los ingresos reportados en 2012”, según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2014. Lamentablemente aún no ha salido la correspondiente a 2015, pero seguramente veremos un deterioro mayor de los ingresos familiares en cada hogar.
Los incrementos sistemáticos de los precios de la electricidad y la gasolina, insumos básicos en la mayoría de las empresas, terminan afectando los costos de producción, y éstos los precios de productos y servicios que se venden en el mercado, lo cual se refleja en un deterioro del poder adquisitivo de las familias; por lo que el empobrecimiento de millones de mexicanos es el resultado de una política económica poco coordinada en función del bienestar de los ciudadanos, guida por los objetivos de inflación y el interés del gobierno de ofrecer estadísticas macroeconómicas convincentes a los inversionistas.
