Inclusión, ausente en Congreso de la Lengua

  • La ausencia de la discusión sobre el lenguaje inclusivo se puso en evidencia desde el inició

El VIII Congreso Internacional de la Lengua Española concluyó la noche del sábado con buenos números pero con grandes pendientes. Fue un encuentro con paridad de género en los más de 200 ponentes, fue muy superior incluso el porcentaje de asistentes mujeres —fueron 85% de los más de 5 mil inscritos— sin embargo ninguna de las mesas estuvo dedicada al género o al lenguaje inclusivo.

La ausencia de la discusión sobre el lenguaje inclusivo se puso en evidencia desde el inició cuando el presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Santiago Muñoz, dijo que no había una mesa específica pero que cada día trabajaban por darle mayor apertura; y se potenció cuando la escritora Claudia Piñeiro señaló que hay una resistencia ancestral a hablar del lenguaje con perspectiva de género y quedó bien claro en la conferencia de clausura.

La poeta y narradora argentina María Teresa Andruetto planteó preguntas rotundas, contundentes: “¿De quién es la lengua? ¿Quiénes son sus dueños y quiénes hacen usufructo de ella?”. Categórica, cuestionó la ausencia de una mesa o varias sobre el lenguaje inclusivo, y aunque reconoció que hubo una participación igualitaria, acotó: “Yo no puedo dejar de preguntarme si habrá habido mujeres y en qué proporciones en las decisiones de contenido”.

Andrueto, aceptó que corremos el riesgo de que el lenguaje inclusivo se vuelva pura corrección política: “Claro que no sabemos qué pasará con la literatura, ni si es posible escribir en lenguaje inclusivo de un modo lo suficientemente cargado de ambigüedad como para conservar la función poética del lenguaje de un modo que además de hacernos pensar nos conmueva, emocione y complejice”.

Presentada y acompañada del poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y quien le propuso dictar la conferencia de cierre del Congreso, María Teresa Andruetto afirmó que aunque no podemos prever qué pasará con el lenguaje inclusivo, sabemos de su uso y expansión en ciertos sectores sociales especialmente urbanos y en jóvenes de cualquier género y vemos cómo impregna y permea los usos públicos, periodísticos y políticos.

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