ALFIL NEGRO
La incertidumbre como estado de ánimo de temor y titubeo por el desconocimiento con certeza de como vendrá el futuro, es algo que se da en cada nuevo sexenio, porque los cambios provocan casi siempre que se crezca como parte final del proceso, pero también que de una u otra forma se afecten a personas, grupos económicos, culturales, sociales, políticos y otras expresiones de la vida en el estado.
Si esto sucedía durante 93 años en que gobernó el PRI, con decisiones de los nuevos gobernadores que casi por regla general buscaron, e hicieron bien, darle un rostro propio a sus administraciones, es fácil imaginar lo que pasa por la mente y el ánimo de mucha gente, que a lo mejor no saben qué va a pasar en su realidad con el nuevo gobernador.
Hasta donde se puede detectar, hay incertidumbre en la burocracia, que no tienen una idea clara de cómo será el nuevo gobierno, en lo que se refiere a la seguridad de sus fuentes de empleo y en lo que son sus salarios.
Entendibles sus dudas, aunque Menchaca ha dicho que se respetarán sus derechos, y que quienes tengan capacidad y las virtudes cívicas en el servicio a la ciudadanía, no deben tener ningún temor, lo que ya hace luz sobre su preocupación.
La incertidumbre se tiene también por saber quiénes formarán parte de su gabinete, porque de ellos dependerá la relación del gobierno con los sectores que se les encomiende.
En este caso llega a tal grado la incertidumbre, que más de uno ya hasta publicó con fotografía y datos personales lo que dice tener de primera mano, y que en el fondo no es más que el deseo de significarse como un gran analista de corte político, porque aunque más o menos se tenga idea de por dónde vengan las cosas, lo cierto es que no se sabe con certeza cómo vendrán los nombramientos, y por eso la incertidumbre.
Ahora imagínese este sentimiento en los partidos políticos, porque aunque ya tienen un adelanto de cómo les va a ir con el nuevo mandatario, es evidente que hay dudas y temores, esperanzas y temores en este cambio de gobierno, con la alternancia del partido en el poder.
Son las horas de las dudas, de las lecturas de los signos que se tienen y de muchos adivinos y pitonisos que dicen saber cómo vienen los nuevos escenarios, y que luego la realidad echará al basurero lo adivinado.
Donde la incertidumbre alcanza niveles de angustia, es en los que hacen del gobierno una oportunidad de negocio, suponemos que lícitos, porque no se ve claro por dónde vendrán las decisiones de obra pública, de proveedores y de todos los renglones de la relación gobierno mundo económico de Hidalgo.
Lo cierto es que Menchaca ha dicho que será un gobierno honesto y transparente, lo que a muchos les da tranquilidad y a otros, un tremendo dolor de barriga.
