“Violencia en el noviazgo”
Un tipo de violencia, que en los últimos años se ha convertido en un problema social y de salud de primer orden, es la violencia en el noviazgo; diversos estudios, como el de la Universidad Médica de Cienfuegos en la investigación “Percepción de violencia en el noviazgo: un acercamiento a su análisis en estudiantes de medicina”, encontró resultados altamente preocupantes.
El estudio exploratorio incluyó 240 estudiantes de segundo año de medicina del curso escolar 2018-2019, seleccionados por muestreo intencional de una población de 370 estudiantes, empleando un cuestionario auto administrado para obtener los datos, analizando las variables: sexo, edad, violencia en el noviazgo percibida, tipos de violencia en el noviazgo en función de su naturaleza, física, psicológica y sexual.
Los resultados arrojaron que el 63.8 por ciento tiene 19 años y el 67.9 por ciento son del sexo femenino. El 24 por ciento percibe que hay violencia en los noviazgos, el 16 que no sabe y el 60 dice que no. El conocimiento sobre los tres tipos de violencia es bajo, solo el 0.8 por ciento reconoce los tres tipos de violencia; el 22.1 la física y psicológica; el 8.8 solo la psicológica y el 1.3 la física.
La investigación concluye como evidencia que los estudiantes de medicina en sus primeros años tienen baja percepción de la presencia de violencia en los noviazgos existentes en la institución y en la tipología de las expresiones, siendo la psicológica la más visible. Resulta imprescindible continuar estudios que profundicen en el estado del arte de este fenómeno.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud y ONU Mujeres identificó que un tercio de las mujeres del planeta es víctima de violencia física o sexual, generalmente desde que es muy joven, destacando que 736 millones de mujeres han sufrido este flagelo a manos de una pareja o por otras personas y una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24 años que ha tenido alguna relación íntima lo habrá padecido al llegar a los 25.
Lo más alarmante es que el fenómeno no ha retrocedido en los últimos diez años y, peor aún, que se ha exacerbado durante los confinamientos ordenados por la pandemia de Covid-19.
Las Naciones Unidas señalan que los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas.
Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y limita sus oportunidades de empleo.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.
Por tanto, se requiere la implementación de alternativas de respuestas institucionales para dar a conocer este problema de salud, prevenir, ofrecer atención psicológica, y acompañamiento.
¡Observa, analiza, y toma decisiones!
