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IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

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IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

“Empoderamiento económico a mujeres reclusas”

El empoderamiento económico a mujeres reclusas es un reto urgente de atender, pues contribuiría a la erradicación de la pobreza, la igualdad de género y el crecimiento económico para ganarse la vida, y vivir en mejores condiciones emocionales personales, familiares, sociales.

El emprendedurismo de las mujeres reclusas confronta directamente la explotación de trabajos mal pagados e inseguros, y la discriminación interseccional por género y reclusión con sueldos muy bajos, y nulas oportunidades para acceder a puestos directivos u otros mejores remunerados. 

Es el caso de Oula Abdo, una mujer reclusa acusada por su esposo por vender drogas, ella recibió ayuda de un Programa de ONU Mujeres con la Asociación Libanesa Filantrópica para la Reforma y la Rehabilitación en el Líbano, apoyando su rehabilitación y transición de la prisión a la sociedad, con sesiones de apoyo psicosocial y capacitación basada en habilidades en costura y cocina, para luego recibir activos e iniciar su propio negocio.

Esta joven narra los abusos recibidos por su exmarido quien era taxista, tenía una panadería y era adicto a las drogas, motivo por el que dejó de trabajar llegando al extremo de vender todo para obtener las drogas.

Él la encerraba en casa durante días, la golpeaba e insultaba, la sumisión de ella acabó cuando empezó a golpear a su hija, abandonándolo y solicitando el divorcio, lo que la llevó a vivir con sus padres y hermanos, quienes por razones culturales y religiosas comunitarias no aceptaron su divorcio, tratándolas mal y echándolas a la calle, situación que la hizo pedir apoyo de sus amigos para alquilar un apartamento.

Ayuda que su exmarido no toleró denunciándola falsamente a la policía por prostitución sin éxito para hacerla volver con él; con la insistencia de entrar drogado a su casa a ver a su hija, hizo que ésta descubriera su vicio, teniendo por consecuencia no verla más, por lo que él la acusó de vender drogas conjuntamente encarcelando a ambos.

Por consecuencia su estado emocional se deterioró, más aún saber que su hija se encontraba con sus padres padeciendo frecuentes ataques de asma que la hacían estar en el hospital, todos los días lloraba.

Cuando se enteró del programa de capacitación, se inscribió dos meses antes de su liberación para atenderse psicológicamente, y hacer la segunda fase de formación en un taller de costura, donde todas y todos disfrutaban enormemente de aprender, reír y estar ahí, mejorando su depresión y autolesión, hasta llegar a entender que merecía vivir, trabajar y hacer todo para que su hija fuera feliz.

Su autoestima mejoró logrando que se sintiera segura y auto aceptada, con personalidad vigorosa y de autoconfianza para enfrentarse a la sociedad, haciendo valer su derecho al respeto frente a sus padres. Inició a trabajar con dos clientes acortando pantalones y chaquetas, obteniendo ganancias para el sustento de ella y su hija.

Así, la creación de compromisos internacionales apoya el empoderamiento de las Mujeres reclusas establecidos en la Plataforma de Acción de Beijing, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, y la Organización Internacional del Trabajo de entre otros, para demostrar que la igualdad de género contribuye al impulso económico y desarrollo sostenible.