El emplazamiento a huelga por parte de los sindicatos universitarios, quedó en eso, pues finalmente fueron resueltos los puntos de los pliegos petitorios de trabajadores administrativos y académicos. Finalmente el patrón cedió, dando paso al ajuste en salarios y prestaciones laborales.
El incremento salarial logrado en las negociaciones fue de 3.15%. Y si bien será retroactivo al primero de enero, en términos efectivos representa un mero ajuste a la tasa de inflación oficialmente esperada para este año. Para el paquete económico 2016 se estimó una inflación anual de 3%. Sin embargo, los datos del INEGI indican que de seguir la tendencia actual la tasa de inflación alcanzará 4.56%.
El aumento logrado en las negociaciones, por ende, no alcanzará para resarcir la pérdida de poder adquisitivo de los salarios debido al proceso inflacionario que se vive en el país. Esto incluso considerando los bonos bianuales que serán otorgados a académicos de tiempo completo y medio tiempo. Sin obviar que una buena parte de la planta docente universitaria está contratada por horas clase. En el caso de trabajadores administrativos la cosa va por el mismo rumbo.
Pero no podría ser de otra manera. Si bien las universidades públicas se libraron del recorte presupuestal impuesto para éste 2016 en diversos rubros de gasto público, los recursos que les fueron asignados tuvieron, en promedio, un crecimiento menor al nivel de inflación proyectado en dicho paquete económico.
No hay de otra. Se trate de recursos federales o estatales, habrá que ajustarse el cinturón. O mejor aún y como dice el refrán: “de lo perdido, lo que parezca”. Así, en aras de la productividad, lo mejor para toda la comunidad hidalguense es que la huelga no haya estallado. Dadas las condiciones de nuestra economía y la orientación del gasto público, no hay modo de sacar agua de las piedras.
En el mismo caso se encuentra el amago profano de incrementar las cuotas de colegiatura al alumnado, según dijo el presidente del patronato universitario en entrevista radiofónica. Si, como dice, el gobierno estatal adeuda parte del presupuesto que le corresponde aportar a nuestra máxima casa de estudios, entonces que se lo exijan directamente al gobierno estatal. Pues la mayor parte de las familias hidalguenses tienen crecientes dificultades para el sostenimiento de los estudios de sus vástagos por la misma razón.
Así las cosas en Hidalgo, como botón de muestra de qué se puede hacer algo más, está el caso de Veracruz. Entidad donde trabajadores de la Universidad Veracruzana salieron a la calles para exigir respeto a sus derechos laborales y el pago del adeudo que tiene con esa casa de estudios el gobierno de la entidad. Pero todos sabemos cómo se hacen las cosas en la UAEH. No hay lugar para la iniciativa, ni el disenso, y actualmente sólo toman las calles para la promoción del voto de aspirantes a puestos de elección popular vinculados con el Grupo Universidad. Créanme que les entiendo.