Hubert Martínez Calleja, indígena mè phaa, escribe poesía para desterrar el silencio de su pueblo, para darle voz, ojos y rostro a lo que ahí pasa y casi nadie ve, pues todo ocurre en un lugar muy apartado: la Montaña de Guerrero.
Sus poemas trasladan a las historias y vida cotidiana de su pueblo, Zilacayota, municipio de Acatepec. El día a día de sus pobladores, su alegría de Tlacuache borracho, pero también a la travesía que representa tener un médico a siete horas; a la niña que es vendida para prostituirla, al hombre que sale a buscar trabajo de jornalero. A cuando llegan los sicarios y se llevan a los niños y le siembran en las manos los Ak-47, la muerte.
Zilacayota está en un recodo de la Montaña de Guerrero. Es un poblado como otros de la región: donde todo falta, donde la vida siempre pone límites. Donde la resistencia es palabra clave para la sobrevivencia. Donde se vive sin caminos ni centros de salud, ni escuelas dignas ni agua potable. Donde los piquetes de alacrán o una diarrea aún son letales.
Zilacayota y la Montaña de Guerrero son lugares donde el machismo, la venta de mujeres, el alcoholismo, la pobreza y el hambre están encarnados, donde a hombres, mujeres, ancianos y niños todavía les duele el estómago por tenerlo vacío. Lugar donde la injusticia se encaramó hace siglos; donde los militares violan a las mujeres, donde las mineras quieren apoderarse de los bosques, del oro, de la plata, donde el narco quiere controlar la amapola.
Hubert no ha ignorado nada de eso, sabe que es necesario nombrarlo, porque si no se nombra no existe. Sabe que es necesario mantener viva la lengua mè phaa, porque es la identidad de su pueblo, y ha encontrado que la poesía es la herramienta para contar desde adentro lo que ahí pasa.
Eso le quedó claro hace un par de años cuando se reunió con mujeres de una cooperativa del pueblo indígena de Sutiava, en Nicaragua. Llegó allí por una investigación académica cuando estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Guerrero. Cuando entró a la maestría de Estudios Latinoamericanos de la UNAM decidió investigar los orígenes históricos de su pueblo.