“Huachitúeneles”: cuando dejar de negar lo evidente da resultados

“Huachitúeneles”: cuando dejar de negar lo evidente da resultados

RETRATOS HABLADOS

El descubrimiento de los ahora ya famosos “Huachitúneles” en el municipio de Cuautepec, para el robo de hidrocarburos -que sin duda han hecho crecer las narco empresas dedicadas a la venta de “huachicol”, que no es otra cosa que gasolina robada-, sin duda habla de una floreciente “industria” que, desde hace tiempo, empezó a instalarse en Hidalgo, al mismo ritmo que se insistía en negar rotundamente la presencia de la delincuencia organizada en territorio hidalguense, como si con esa acción se pudiera conjurar la maldición que pesa en buena parte del país.

Sin embargo, el hecho es que, en la todavía joven administración de Julio Menchaca Salazar, se tomó la decisión de enfrentar de manera frontal a una realidad que desde hace años ha estado ahí, pero que de ninguna manera iba a desaparecer con el simple acto de cerrar los ojos y decir que no, que no era cierto, que, si acaso estábamos convertidos en tiradero de cadáveres, “pero que traen de otras partes del país”.

No era así. Nunca fue así, y lo que se observa en el tipo de obras para construir estos “huachitúneles”, es que participaron profesionales de la ingeniería, y que contaron con todo el tiempo para excavar a profundidades cercanas a los 30 metros, y trabajar casi con exactitud milimétrica para alcanzar longitudes superiores a los 26 metros en algunos casos, y conectar sin problema con los ductos de PEMEX.

Pero también hace evidente una verdad hasta lógica: nadie puede ponerse a construir túneles de semejantes dimensiones, sin que se encuentren inmiscuidas las autoridades, que van desde las municipales a las estatales, sin descartar por supuesto a la misma paraestatal.

La madeja para dar con los responsables deberá ser la más simple: el dinero.

Porque lo más importante a estas alturas del país y de Hidalgo, es recuperar lo que se robaron, que seguro se habrá traducido en inmuebles de todo tipo, y por supuesto cuentas bancarias para dar cauce al lavado de dinero.

Es decir, más allá de poner en la cárcel a uno que otro personaje, que funciona de manera espectacular para dejar hacer entender a la ciudadanía que va en serio la lucha contra la corrupción, lo que urge es la recuperación del dinero mal habido y dedicarlo, con escrupuloso cuidado, a la obra que necesitan los hidalguenses.

De poco podría servir llenar la cárcel con presuntos responsables de delitos de corrupción, si no cristaliza esta acción con la incautación de lo que hayan adquirido de mala manera, con recursos que robaron al país, y esto quiere decir a su población.

Resultó fundamental que de entrada no se negara la presencia de la delincuencia organizada en territorio estatal, pero sin duda esta acción cobra razón de ser cuando se asestan golpes reales, y por principio de cuentas se descubren los “huachitúneles”, se detienen a las personas que los vigilaban, se clausuran, y se da paso a la búsqueda de los verdaderos responsables de este tipo de “obras”.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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