RELATOS DE VIDA
Si el papá de tus hijos, pese a ser un adulto y estar separados, sigue viviendo en casa de sus padres y no hace lo posible por independizarse, córtale a chingadazos el cordón umbilical, y ruégale a la vida que le suelte unos madrazos para que entienda.
Si el papá de tus hijos piensa que por comprarles videojuegos y llevarlos de paseo está cumpliendo con sus obligaciones, déjale caer una pensión alimenticia y verás cómo además de que te odiará, cumple porque cumple.
Si el papá de tus hijos no brinda tiempo en cantidad o calidad, ni siquiera el día que le corresponde estar con ellos, pídele que renuncie, porque seguramente habrá otra persona que los atienda y los quiera como propios.
Si el papá de tus hijos antepone a sus padres, amigos, trabajo, queriditas o hobbies antes que a sus hijos, deja que tus hijos le apliquen la ley del hielo, pues no tienen obligación de responder a una persona ausente en sus vidas.
Si el papá de tus hijos, abusa constantemente de su paternidad, los humilla, menosprecia, abandona y se siente apoyado por sus padres en esas conductas, también tienes derecho a humillarlo, recordándole que jamás ha sido buen padre y nunca lo será.
Si reconoces algunas de estas situaciones, las has visto o las has pasado, y ya seguiste algunos de estos honorables consejos, pero no has obtenido un cambio favorable en beneficio de tus hijos, recuerda que no todos nacieron para ser padres y nunca estarán listos, así que no te desanimes; primero ve y cuéntaselo a la dependencia que más confianza le tengas y después contrata a alguien para que le meta unos madrazos.
