Hondureños claman para que los dejen entrar

Muchas mujeres se desmayan por el calor y el cansancio

Ayer el estado de ánimo, era menos exacerbado que el del viernes, cuando después de que los migrantes dieron portazo la Policía Federal disparó contra la multitud un par de cápsulas de gas lacrimógeno, provocando asfixia, pánico y desmayos. En respuesta, algunos hondureños reaccionaron arrojando piedras de las vías del tren que cruza el puente
Paso Fronterizo de Ciudad Hidalgo, Chiapas.- Atrapados desde hace 27 horas en el kilómetro de largo del puente internacional que cruza la frontera México-Guatemala, la columna humana que integra el éxodo hondureño se afianza, clama a las autoridades mexicanas por el simple permiso de paso, se exaspera y agolpa en la reja blanca que divide a los dos países en este punto y se ahoga frente al lento procedimiento de “entrada ordenada” que ha prometido el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En toda la mañana han pasado solamente 80 mujeres y niños. La puerta, fuertemente custodiada por la Policía Federal, en presencia incluso de varios altos mandos regionales, sólo permite un paso a cuenta gotas.
En un lapso de 20 minutos tres niñas se han desmayado. También dos mujeres, una de ellas de edad avanzada. Sólo entonces se abre la reja para que los propios migrantes trasladen a los desmayados sin que en el espacio de la garita mexicana hagan presencia elementos sanitarios y de primeros auxilios.
A pocos pasos, el Comisionado de Seguridad Pública, Renato Sales ofrece entrevistas a la prensa. Asegura y promete que el gobierno mexicano no va deportar a nadie, que va a permitir la entrada a México a todos los que lo soliciten de manera ordenada. Incluso afirma que en Ciudad Hidalgo y Tapachula hay infraestructura suficiente para albergar a los 3 mil o 4 mil desplazados que intentan con este éxodo llegar a la frontera con EU.

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