Hillary con ayuda del Estado
Ante la neumonía de Hillary y el triunfo de Trump en México, más la suma de los indecisos, Barack Obama ha arremetido para de manera emergente salvar la deteriorada figura y carrera presidencial de la candidata demócrata Hillary Clinton.
Pese a que todavía muchas casas y fuentes encuestadoras dan ventaja a Hilary, lo cierto es que la figura de Trump se ha robustecido a partir de su visita a México y, ello, presagia nubarrones ante la fragilidad de la salud y de posibles manejos indebidos de Hillary en la administración de su esposo como Presidente de Estados Unidos.
Hay que poner las cosas en su justa dimensión. Es verdad que la figura de Trump conlleva peligros sobrados para la estabilidad mundial, es también verdad que es un ignorante, no es menos verdad que es racista y xenofóbico, pero es también verdad que ha repuntado en las posibles preferencias del electorado en su país y, que los grupos conservadores y blancos de la población, así como los grupos empresariales no ven nada mal su posible ascenso a la presidencia de los estados Unidos.
Es evidente que el mundo se encuentra en vilo ante el posible ascenso de Trump, es evidente que los diálogos en diferentes escenarios se multiplican en la medida que se acerca la justa presidencial y el pánico hace presa a todos aquellos que se sienten vulnerados y humillados ante las ofensas e improperios de Trump.
Sin duda el temor se generaliza. Obama en su investidura presidencial apoya a Hillary, pero no lo hace, exclusivamente, desde la racionalidad del ejercicio público, sino también en el plano afectivo que genera sus empatías sobre Hilary y sus apatías sobre Trump, lo cual es peligroso porque puede convertirse en un doble discurso que podría convertirse en una aguja en contra, ya que no se ataca la estructura y viabilidad de las propuestas políticas de Trump, sino sus condiciones de moralidad, entereza y beligerancia social.
Una torpeza de Clinton, ha sido el hecho de que ha externado criticas al electorado que pretende votar por Trump, cuestión que ha sido tomada como una censura indebida al ciudadano en general, cuestión que le ha costado puntos porcentuales y alejamiento ciudadano.
La moneda está en el aire, Hillary no tiene la justa ganada mientras Trump parece que cabalga en caballo de hacienda.