No se trata de una  de tantas aseveraciones marxistas y mucho menos de un vaticinio desde Roma, tampoco es la última exhalación de excremento de Donald Trump, sino una pregunta quisquillosa ante las calamidades de un sistema que para la mayoría empobrecida es caótico. El capitalismo ¿en crisis?

La respuesta aunque no guste, se las doy en bandeja de plata: no.

No hay que confundir el hecho de que algunos países experimenten crisis, pero, ¿son los países los que experimentan crisis económicas?, la respuesta es no; en realidad son las personas.

Pero, ¿la óptica de una crisis económica es la misma desde el pedestal de las clases poseedoras que las desposeídas?, la respuesta es no. Mientras para las clases poseedoras, en muchos casos, una crisis económica es el momento de engordar el bolsillo, porque especulan en los mercados, encarecen productos, e incluso, quiebran a las empresas de la competencia; los desposeídos con un nudo en la garganta ven como el pan no llega a sus bocas, como las lombrices se multiplican en los estómagos de sus hijos, así también, como sus hijos deben trabajar siendo niños para aportar al precario gasto familiar.

La neta de las netas, es que como nunca antes en la historia de la humanidad el capitalismo y sus dueños, se han cansado de ganar billetes y explotar a la humanidad, así como nunca antes en la historia de la humanidad, los pobres habían sido tan pobres y la desigualdad social tan aberrante.

Pero siendo un poco analíticos, ¿a quién chingados le importan los pobres?, a tres seres bien intencionados y provistos de conciencia, mientras que a los detentadores del poder económico y político, los pobres son las rémoras, los residuales, los prescindibles. No es acaso incluso, que los grandes negocios y las grandes fortunas se hacen al amparo del Estado, ¡por supuesto!, de igual manera, la pobreza es una cadena de poder, donde el Estado asegura su perpetuación, porque ¿con un sueldo de hambre, quien puede amasar una fortuna?

Por todo ello, cuando los ingenuos seudo- analistas señalan: “el capitalismo está en crisis”, lo único que queda es dejar de pensar pendejadas y preguntarnos, ¿para quién o quienes el capitalismo está en crisis?