Cantante y actor
Conocí a un cantante hace tiempo, su apariencia no era la de aquellos que solemos ver en televisión o en los posters, ni siquiera de aquellos que tocan en pequeños escenarios y con escasamente 20 personas. Él era auténtico, según me contaba. Trovador de la vida y del amor, se mantenía cantando en los camiones, en restaurantes y espacios turísticos.
Cuando lo conocí me contó todo esto, que era amado por las mujeres que oían su voz cuando interpretaba alguna de estas viejas canciones de los 70´s u 80´s y respetado por los hombres que reconocían su carácter y fuerza al interpretar.
Se le veía feliz cuando me relataba sus aventuras, a veces incluso se moría de la risa o derramaba alguna que otra lágrima para hacer más interesantes sus historias.
Su nombre es Oscar, tiene más de 60 años y vive en una pequeña choza fabricada por algunas viejas tablas de madera y costales, ahí realiza de vez en cuando algunos millares de cuetes para obtener un mayor recurso, según me dice, es negocio propio que lo ha colocado como el mejor en su colonia y quien más vende.
Aquella tarde que me lo encontré faltaba un mes para navidad y estaba trabajando en su mercancía por lo que aprovechó para regalarme una bolsa y que los quemara en año nuevo. Estuvimos platicando pocos minutos antes de que llegara un amigo suyo, me contaba que había estado cantando en una exposición de pintura y había tenido una respuesta favorable.
Jaime su amigo, al tiempo que llegaba alcanzó a escuchar esto último que dijo y comenzó a reírse a carcajadas – Este fulano es un gran actor, sabe mentir muy bien- añadió, y Oscar sólo agachó la cabeza y se puso a trabajar en su mercancía.
No dije nada. Sólo me despedí de él y prometí pasar a verlo otra tarde. Tal vez no sean ciertas, pero disfruto mucho sus historias e imagino cada una de ellas como reales.