Home Nuestra Palabra Historias de Buró

Historias de Buró

0

Luz tenue

Despertar cada mañana cuando suena el despertador, realizar el habitual ritual de limpieza personal antes de acudir al trabajo, llegar a la oficina y realizar las obligadas tareas diarias para asegurar con ello el pago de una quincena que no habrá de rendir más que una triste semana, procurar los alimentos unas dos veces al día, aquella sazón de la calle que se ha vuelto de hogar.

Consumir productos enlatados y de conserva más de 50 veces en un mes (no hay de otra, es exprés), viajar en el transporte y mirar por la ventana cómo el resto de las personas conducen su vida sin contratiempos, llegar a casa y absorber cinco horas de estupideces televisivas.

Tener problemas; como todos; y considerar que la vida se dedica únicamente  a clavar cuchilladas en la espalda con el fierro ardiente del calor de la satisfacción…  esperar pacientemente a que sanen recostado sobre una vieja cama.

Salir un día de descanso por la calle, mirar los aparadores de cientos de cosas que se desean y no se pueden tener, regresar insatisfecho por la plata que no alcanza y volver otro día a trabajar para nunca poder ahorrar y saber que no hay salida de la esclavitud.

Convivir con la pareja y las amistades  usando palabras de hipocresía y llevar puesta una vieja y gastada máscara de felicidad, que al caerse devela un curtido rostro mojado por las lágrimas.

Recordar que la familia se alejó, se perdió o murió, mirar por la pantalla de un ordenador viejas fotografías que harán brotar lágrimas de dolor por toda una noche, añorar el pasado, la noche estrellada, el cielo soleado

Llevar la vida en luz tenue.