HOMO POLITICUS
¿Cuál es la distancia entre un hombre y otro?, ¿Dónde queda la expresión de la bondad entre los hombres?
Tantas páginas negras en la historia de la humanidad, tantos comportamientos malignos, conquista y explotación como la negación de la horizontalidad social, de esa equidad de derechos que la burguesía impuso como acto de “plena racionalidad”.
Siempre la vida se tiñe de sangre, no se trata de la muerte como elemento de nuestra biodegradación, sino, como producto de las asimetrías de oportunidades que nos han impuesto, siempre desde lo externo y refrendado a través de lo interno; del eterno dominio de los grupúsculos que se sirven de la ignorancia y de la inconsciencia, de aquellos vericuetos donde la realidad es lineal.
En 2014 ante la tragedia de la muerte 3 500 personas en su intento por alcanzar Europa en un evento masivo de migración ilegal y, sin ir más lejos en este 2015 de la desolación otras 1867, han perdido la vida, sin que de manera decidida la ONU, o bien, gobiernos como el británico se hayan pronunciado con un gesto humanitario para entender que el hambre y la pobreza sumados a la explotación política son el germen de este fenómeno.
Detrás de esta migración se esconde al igual que la migración de mexicanos a Estados Unidos, un negocio de alta rentabilidad, sin escrúpulos ni eticidad alguna, donde grupos organizados trafican en el comercio de la migración ilegal, condición que no ha sido atendida y que día a día en el orbe le cuesta la vida a personas cuyo único anhelo es tener una vida digna y en paz guiada por el trabajo.
¿Qué se requiere hacer para que los países industrializados acepten su responsabilidad historia ante este fenómeno migratorio mundial?, ¿a quién y a qué hay que apelar para hacer valer el sentido humanitario de la sociedad?
Que nudo en la garganta se genera cuando en la explotación se impone la crueldad de los carroñeros del mercado, nada parece detenerlos, nada parece obstruir sus apetititos, mientras en Wall Street, se juegan como dados cargados el destino de pueblos que lo único que quieren es encontrar ese porvenir cuyo horizonte se ha vuelto quimérico y que en la pobreza de la mayoría sirve para encumbrar los emporios de la crueldad.