Historia de un oso

HOMO POLITICUS

Te invito a ver “Historia de un oso”, que te reitero, lo puedes bajar por “you tube”. Más allá de que haya obtenido un “Oscar”, este cortometraje, es una historia que debe verse con el corazón, con el ánimo de entender la crueldad humana, pero también, el valor de la vida como principio humano que no puede ni debe ser negado.

 

La metáfora suele aparecer cuando la realidad no puede ser explicada per se; quizá también, cuando las palabras se quedan cortas, cuando no expresan lo que sentimos y debemos recurrir a un escenario que las pueda explicar.

            Yo soy hijo de un exiliado político chileno y también exiliado, mi biografía no es distinta a las de muchas personas que han pasado al exilio.

            Después del golpe militar en Chile, una de las democracias “más sólidas” del continente se había perdido. La oscuridad ideológica del rencor, la barbarie y la muerte se hicieron presentes, lo mismo, en fusilamientos masivos que en campos de concentración, en casas de tortura como Villa Grimaldi, e incluso en el Estadio Nacional, creando cementerios y fosas clandestinas donde se apilaban los cadáveres para esconder el crimen y la traición. Allí la muerte y la bota militar intentaron acallar a la razón, negando lo más preciado de la humanidad, la vida.

            Invariablemente, quién habla hoy de Chile como el milagro económico latinoamericano, no puede olvidar los años de la dictadura.

            Invariablemente, la herida histórica del país está a flor de piel, se agolpa en los miles de chilenos que siguen estando presos de un pasado inconcluso, que no puede ni debe ser olvidado, porque el fascismo volvió investido de genocidio y desolación, en un pueblo donde la razón y la cultura, habían sido los signos de sus construcciones sociales.

            Con la dictadura militar una diáspora de exiliados chilenos recorría el mundo. Muchos de ellos, nos quedamos en los países que con singular generosidad nos acogieron y brindaron la oportunidad de rehacer nuestras vidas. Empero, muchos regresaron y los que nos quedamos en otros países, también lo hicimos; primero en el imaginario del sentimiento y la historia de vida y después, físicamente pisamos tierra chilena; algunos no lo pudieron hacer físicamente, fallecieron en el extranjero, pero estoy seguro que nunca perdieron la fe en Chile y en su destino.

            Hollywood y su celuloide, donde pocas veces se premian películas que no tienen “final feliz”, no porque no sea necesario buscar la felicidad, sino porque la vida y la vida cotidiana, suelen estar alejadas a ella, porque la realidad es cruenta y todos lo sabemos; lo mismo en la búsqueda del sustento familiar que en las relaciones complejas que experimentamos, en fin. Pero, Hollywood premió al cortometraje chileno “Historia de un oso”, al cual puedes acceder por “you tube”; es un cortometraje que estremece el alma, que evoca los tiempos de la dictadura, sus atrocidades y afrentas a la dignidad y derechos humanos.

            El cortometraje es impactante. En un formato de dibujos animados, a simple vista y fuera de contexto, parece edificado para niños; nada más lejano a la realidad; es en definitiva, una forma de aproximar a la realidad de uno de los sucesos más oscuros de la historia chilena y de la historia de la humanidad.

            Te invito a ver “Historia de un oso”, que te reitero, lo puedes bajar por “you tube”. Más allá de que haya obtenido un “Oscar”, este cortometraje, es una historia que debe verse con el corazón, con el ánimo de entender la crueldad humana, pero también, el valor de la vida como principio humano que no puede ni debe ser negado.

DIARIO PLAZA JUÁREZ

 

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