Puede que el veto migratorio de Donald Trump esté, a la espera de una inminente nueva edición desde la Casa Blanca, bloqueado por los jueces de EU. Pero su impacto se sigue sintiendo. El último en padecerlo ni siquiera procede de uno de los siete países de mayoría musulmana señalados en el decreto presidencial. Es estadounidense. Pero es musulmán, tiene un nombre árabe y es negro.
Aparentemente motivos suficientes, según unos agentes de frontera del aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, como para retenerlo durante horas. Aunque sea el hijo del legendario boxeador Muhammad Ali, fallecido el año pasado.
Muhammad Ali Jr., de 44 años, y su madre, Khalilah Camacho-Ali, segunda esposa del boxeador, regresaban a EU el 7 de febrero procedentes de Jamaica, donde habían participado en un acto por el Mes de la Historia Negra que se celebra en todo el país y también en el extranjero. Ambos fueron sacados de la fila cuando estaban pasando la aduana debido a sus nombres, que sonaban a árabe, según un amigo y abogado de la familia.