HIDALGO, FUERA DE LA MIRA DEL NARCO

    •    Aunque el crimen organizado es un problema global, en nuestro país existe desde hace por lo menos un siglo


El Cartel Jalisco Nueva Generación, los Zetas y el Cártel de Sinaloa son las tres organizaciones criminales más relevantes que operan en el país de acuerdo con el Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Armada de México, revelado en días recientes.

Desde el último trimestre de 2017, según un informe de la Procuraduría General de la República (PGR) en el que ya se identificaban nueve cárteles en el país, tres más que los señalados por la DEA; no se tiene indicios de que en Hidalgo se tenga presencia de estas organizaciones delictivas.

Según el estudio denominado “La Seguridad en México y la percepción social” proporcionado por la Marina, a nivel regional operan El Cártel del Golfo, La Familia Michoacana, los Caballeros Templarios y el Pacífico Sur. Los cárteles de Juárez y de Tijuana fueron clasificados como ‘cárteles colectores’; en tanto que están plenamente identificadas 202 organizaciones locales en estados como Tamaulipas, Guerrero y la Ciudad de México.

La tipología de las organizaciones traficantes de drogas, indica que el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Zetas y Cártel de Sinaloa, mantienen presencia en las puntos de entrada y salida a lo largo de las fronteras norte y sur, así como las rutas de narcotráfico internacionales, aprovechando sus ganancias para diversificar su cartera ilegal, hacia el robo de hidrocarburos, actividades lucrativas y de bajo riesgo.

A nivel regional, los cárteles activos son: el Cártel del Golfo, La Familia Michoacana, los Caballeros Templarios y el Pacífico Sur; los cuales mantienen un control limitado sobre segmentos de rutas de narcotráfico que pasan por su territorio. No obstante, aunque las autoridades federales les han otorgado un papel secundario de acuerdo a sus beneficios relativamente menores, estos se han diversificado hacia otros delitos como la extorsión, el secuestro, contrabando de personas, robo de vehículos, entre otros.

Se dio la denominación de “cárteles colectores”, al cártel de Juárez y de Tijuana, que adquirieron ingresos del peaje recibido de otras organizaciones que trasportan envíos de droga a través de sus municipios controlados a lo largo de la frontera norte.

Se clasificaron 202 “células disueltas o grupos fragmentados de organizaciones más grandes en Tamaulipas, Guerrero, y Ciudad de México que en ocasiones puede extender operaciones como la distribución de droga a pequeña escala, extorsión, secuestro y robo de vehículos desde algunas localidades contiguas a varios estados.

Producto de las luchas internas y el control de las rutas de trasiego, desde hace dieciocho años, aumentó el número de homicidios dolosos en México pasando de poco más de 60 mil en el sexenio de Fox, a 137 mil 462 en el actual sexenio de Enrique Peña Nieto.

Finalmente, en dicho documento se explicó aunque el crimen organizado es un problema global, en nuestro país existe desde hace por lo menos un siglo, y fueron los actos de corrupción y la estructura gubernamental existente, lo que favoreció la proliferación de las actividades delictivas.

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