TEMPORAL
Dicen que si camina como pato, grazna como pato y nada como pato, seguramente es pato. Por esa razón sólo hay una explicación posible: detrás de la candidatura panista al gobierno del estado está la mano del gran elector hidalguense. Como ocurrió en 1999, se trata de allanarle el camino al candidato oficial ante un escenario que ciertamente les pondría en aprietos.
Poseedor de buena parte de los hilos de poder en Hidalgo, sucesor en ese plano de Jorge Rojo Lugo, finalmente el gran elector hidalguense logró colocar como candidato de su partido a uno de los favoritos de su propia administración. Apuesta que no cuajó antes, pero que fue madurada con la paciencia y la sapiencia que sólo los años en el ejercicio del poder pueden dar.
“No se hagan bolas”, fue el mensaje entre líneas ante la tormenta desatada previamente al destape. De ahí que demás aspirantes y mencionados(as) arroparan a Omar Fayad. No fue ésta la suya, pero saben que su única oportunidad se encuentra en actuar con disciplina y lealtad. De los amarres y acuerdos ya tomaremos nota, por lo que no tiene sentido especular. Pero sí podemos hacer algo de historia por las similitudes que guarda la situación actual con el pasado.
Cuando Murillo Karam preparaba su propia sucesión, también se gestó la idea de una coalición electoral de oposición. Como uno de sus promotores destacaba el también Realmontense y periodista de renombre, Miguel Ángel Granados Chapa, cuya candidatura no era vista con malos ojos en la cúpula del panismo nacional (no así otras alternativas). El esfuerzo se hizo, pero finalmente no cuajó ante la negativa del panismo en la entidad. Como resultado la alianza opositora de partió en dos. Por un lado PAN y PVEM postularon al cantante tulancinguense Francisco Berganza, por otro, PRD y PT al finado escritor de la columna “Plaza Pública”.
En lo que toca al proceso electoral actual, ya conocemos que una posible alianza electoral de oposición está partida al menos en dos. Lo que llama la atención es que sea nuevamente Francisco Berganza el postulado por el partido blanquiazul, esto tras la negativa del panismo local a la estrategia de alianzas entre las cúpulas nacionales de PAN y PRD para distintas entidades del país.
Dicen que si camina como pato, grazna como pato y nada como pato, seguramente es pato. Por esa razón sólo hay una explicación posible: detrás de la candidatura panista al gobierno del estado está la mano del gran elector hidalguense. Como ocurrió en 1999, se trata de allanarle el camino al candidato oficial ante un escenario que ciertamente les pondría en aprietos.
Pero la mano del gran elector también se deja sentir en el PRD. Para nadie es un secreto que la carrera política de Isidro Pedraza y otros notables militantes del sol azteca, allá en sus inicios, también contó con su impulso. En el mismo caso se encuentra el ahora disciplinado priísta Gerardo Sosa, cuya carrera política fue pulida y alimentada bajo su manto protector. Consummātum est: el rey ha muerto, larga vida al rey…
Llama la atención lo que ocurre en redes sociales en torno a los comentarios de una presentadora de televisión y su compañero de pantalla. Seguramente tienen una noción particular de lo que es trabajo arduo, así como de su relación con el nivel de ingreso. Lo cierto es que en Hidalgo alrededor de 65 por ciento de la población vive en pobreza y no es precisamente por flojera. ¡Ilumínales Señor!
DIARIO PLAZA JUÁREZ