FORO ABIERTO
Se están dando las condiciones sociales y políticas para que se produzca una gran batalla político–electoral, inédita y de carácter multipartidario que forma parte de una profunda recomposición política en la entidad sin precedente en alguna etapa anterior. Las elecciones en los 84 municipios para renovar los ayuntamientos avizoran una gran competitividad en todas las plazas municipales, y una intensa batalla entre grupos políticos, partidos y organizaciones sociales.
El nuevo marco político nacional que tiene dos vertientes augura que las elecciones municipales tendrán vigilancia fuera de las fronteras locales; por una parte el gobierno federal es de un signo político distinto al Ejecutivo de Hidalgo, que además se ha pronunciado por no interferir en procesos electorales y en que estos sean limpios y no haya “fraudes”; por otra, el organismo Ople local (IEEH) no tendrá “manga ancha”, ya que estará acompañado por la logística del INE en la organización e instalación de casillas.
En cuanto a condiciones políticas locales en lo formal se presenta un panorama multipartidario que asegura tanto la fuerte competencia pero también la competitividad ya que hay siete partidos nacionales y cuatro partidos locales, que no son nuevos, más bien son “reciclados” con conocimiento del terreno en algunas áreas de la geopolítica. Y es precisamente en el ámbito de los partidos donde se encuentra la mayor recomposición política; desde 2018 con el triunfo de AMLO, los partidos ya no son lo que eran, han entrado en fuertes procesos internos y en gran disputa intestina entre grupos políticos.
En el PRI con el descalabro del 2018, al que se suma el de las elecciones de 2016 que refleja la decadencia de toda hegemonía, los grupos políticos predominantes y los que existen en regiones y municipios parecen desatados y no atender la línea del liderazgo del gobernador Omar Fayad, sino solo sus intereses propios. Los líderes políticos con influencia buscan este momento para separarse y deslindarse de las derrotas anteriores, Miguel Ángel Osorio Chong, Francisco Olvera, Israel Félix, entre otros buscan posicionarse.
El PAN, el PRD, MC y PT afrontan procesos de disputa interna que de antemano los ponen en desventaja, además de una caída de votos. La posibilidad de alianzas y coaliciones les abriría mayor posibilidad ya que de manera separada tendrían derrotas aseguradas. Los nuevos partidos locales, excepto “Más por Hidalgo” que será el único principiante, los demás ya tienen experiencia en lides políticas. “Podemos” que proviene de la deserción del PANAL y muy cercanos a Elba Esther Gordillo y que realizó alianza de facto con AMLO como “Redes Progresistas”. El PANAL al perder el registro lo obtuvo en el nivel estatal y con amplia experiencia de triunfo municipales. Lo mismo el PESH que continúa como apéndice de grupos ex priistas.
El caso de MORENA es hartamente complicado, antes de 2018 era una fuerza débil y focalizada sin incidencia política. Gracias a las “alianzas” y al “efecto AMLO” tuvo un voto de cascada que ahora no se va a reproducir en automático, ya que si bien Andrés Manuel conduce el gobierno y los programas sociales, no se encontrará en la boleta. Además padece un problema interno ya que no tiene dirección y su consejo local se encuentra endeble ante grupos recientes que intentan imponerse de manera directa en negociaciones con el comité nacional, sin pasar la aduana local. Con la ingrata experiencia de poner candidatos impopulares.
La de por si fragmentada geografía municipal actual en que se distribuye el poder local (PRI, 28 municipios, PAN, 16; PRD 12; PT, 4; PVEM, 5; PANAL, 7; PT, 4; MC, 3; PES, 7; Morena, 1; independiente, 1) anticipa más que una nueva fuerza política predominante, una amplia dispersión de fuerzas, lo que representa una nueva oportunidad para las candidaturas ciudadanas, los partidos locales y las que conformen organizaciones sociales populares que no pretenden alinearse a partidos decadentes. Puede ser una oportunidad para posicionar agendas ciudadanas alternativas.
