Home Nuestra Palabra Javier Peralta Hidalgo: aquí se define el futuro del PRI y de la 4T

Hidalgo: aquí se define el futuro del PRI y de la 4T

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Hidalgo: aquí se define el futuro del PRI y de la 4T

RETRATOS HABLADOS

Hidalgo es un estado de la República que importa, y mucho, al presidente López Obrador y al Revolucionario Institucional, junto con Acción Nacional y el Sol Azteca. Ganarlo o perderlo en la elección del 5 de junio, representa todo en el escenario político, porque puede traducirse en la extinción definitiva del tricolor, de ser derrotado, pero también del Proyecto de la Cuarta Transformación, de salir victorioso.

Está en juego el futuro de todo el país, porque en pocas entidades se puede observar con más elementos a la mano, la salud real de dos ideologías que tienen igual origen, y que poco a poco se van emparejando en el actuar real, el de los hechos. Es decir, por un lado, el ejercicio primigenio priísta de tipo clientelar, pero no en las filas del Revolucionario Institucional, sino del Movimiento de Regeneración Nacional, hoy incluso dispuesto a ofertar embajadas y consulados para los gobernadores donde se realizarán comicios, siempre y cuando, “se porten bien”, según el vocero morenista, César Cravioto, de patética sensibilidad política, incluso para con el Jefe de la Nación.

Es decir que al final del día, el cambio ansiado y buscado por el partido presidencial parte de borrar del mapa a un instituto político que es su antecedente y cuna de nacimiento, pero que con su existencia genera tanto ruido que confunde por las similitudes en el pasado tricolor.

Por su parte el PRI, está ante un momento que hasta hace poco se daba por hecho correspondería a su funeral definitivo, ante el poderío evidente de un Presidente de la República, que simplemente no presentaba un solo flanco débil o cuestionable, pero que al paso del tiempo ha dejado ver qué lejos estaba de ser invencible.

Dos proyectos están en juego, aunque con un mismo destino. 

Hidalgo, que a juicio de no pocos observadores es todo un fenómeno del caciquismo político, arriba sin embargo a un proceso en que la certeza del cambio por el cambio ha dejado de serlo, con todo y que la frase de “más vale malo conocido, que bueno por conocer”, es expresión de el espíritu absoluto del desaliento. Porque resulta que, al llegar siempre tarde a las transiciones políticas, nuestra entidad tiene la oportunidad de esperar un buen número de años, a ver lo que sucede con los experimentos en esos menesteres.

Eso le otorga una visión única: la de confirmar en los hechos si las transformaciones, revoluciones y/o alternancias, resultan ser tan positivas como siempre se califica a lo que cambió un estado de las cosas, pero también a confirmar todo lo contrario.

Puede ser una ventaja o desventaja, pero es la realidad de una entidad como la hidalguense, pegada a la Ciudad de México, aquí sí cuna de todos los movimientos políticos y sociales, pero que a la larga ha servido a los habitantes de nuestro Estado como un laboratorio experimental.

Es así que siempre se ha contado con los detalles de esos experimentos para proceder en consecuencia, y casi nunca apostar por el cambio por el simple cambio, ya que, desde la época de Vicente Fox, lo analizado deja mucho que desear.

Sin embargo, casi al cierre de abril, la moneda está en el aire, y hay más dudas que certezas.

Quien anticipe la muerte definitiva del PRI, está errado. También quien diga lo mismo sobre Morena.

El laboratorio aún no cierra.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta