Hasta siempre Juan Luis

DE CUERPO ENTERO
Hasta antes de su muerte Juan Luis soñaba con una educación de la sexualidad en todos los confines de estudio de México, porque aseguraba que cuando se educa en el entendido de aceptar la diferencia, y de ver con claridad todos los aspectos de la salud sexual, donde se involucran las dimensiones: biológica, psicológica y social, provoca que la convivencia fluya sin tapujos y con una vertiente pura del amor compartido.

En memoria al Dr. Juan Luis Álvarez  Gayou Jurgenson

En el ya lejano 1979, cuando el Presidente en turno José López Portillo hacía de las suyas con desfiguros rayando en lo absurdo, con el llanto y la defensa de la moneda nacional como un perro, Juan Luis, visionario de altos vuelos, fundó el INSTITUTO MEXICANO DE SEXOLOGÍA (IMESEX), buscando un camino abierto a la educación, orientación e investigación de la sexualidad. Ciertamente no fue fácil, si intentamos situarnos en esos tiempos cuando la palabra sexo sacudía las “sanas costumbres”, y los grandes movimientos de asociaciones de padres de familia ya se oponían a todo intento de educar en la sexualidad.
    En 1932 bajo el gobierno de Pascual Ortiz Rubio, el abogado e idealista Narciso Bassols, desde la secretaría de Educación Pública y adelantándose casi cincuenta años, intentó instalar en todas las escuelas primarias cursos de educación sexual, buscando que fuera desde el tercer año cuando se hablara y se orientara predominantemente desde una perspectiva que no espantara tanto, a lo que llamó higiene sexual. Como debes imaginarte los grupos clericales y la asociación nacional de padres de familia se opusieron con estrepitosa vehemencia, cancelando esta idea casi para siempre.
    Hasta antes de su muerte Juan Luis soñaba con una educación de la sexualidad en todos los confines de estudio de México, porque aseguraba que cuando se educa en el entendido de aceptar la diferencia, y de ver con claridad todos los aspectos de la salud sexual, donde se involucran las dimensiones: biológica, psicológica y social, provoca que la convivencia fluya sin tapujos y con una vertiente pura del amor compartido. El bullying escolar mucho está diseñado por no aceptar que todos somos diferentes; ¡cuánto bien haría a nuestros niños si existiera una real educación de la sexualidad desde la etapa pre-escolar!
El Dr. Álvarez Gayou fue pionero, líder y soñador. Porque fue capaz de abrir un centro educativo en una época que la palabra sexo espantaba, y que las buenas conciencias de inmediato se agrupaban para callar y aniquilar: “cómo se atreve a hablar de educar en sexo a nuestros hijos si ellos ni piensan en eso” era una de las frases más socarronas, cuando en la televisión Juan Luis insistía en orientar en sexualidad; contra viento y marea después de varios años de lucha, y de ir formando generaciones de sexólogos en su instituto, logró el reconocimiento académico por parte de la Secretaría de Educación, obteniendo como única institución, cédula profesional a sus egresados. Además de crear “Archivos hispanoamericanos de sexología”, donde se publican investigaciones en este terreno, logró promover la actividad de investigación científica y de calidad en todos sus alumnos, que han trascendido en eventos internacionales como los congresos mundiales de sexología.
Su actividad era de tal intensidad profesional, que fue requerido en países de sur-américa para asesorar en el diseño de programas gubernamentales de educación sexual; fue presidente de la WAS (Asociación Mundial de Sexología), y cuando los vientos estaban en contra –iniciando la década de los ochentas- realizó en nuestra ciudad de México un congreso mundial en la materia.
Juan Luis fue parte fundamental en los grupos de estudio y apoyo en El DF, ahora ciudad de México, para integrar con argumentos sólidos a los grupos minoritarios, en defender los derechos de las mujeres, el aborto no penalizado, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la no discriminación en todas sus dimensiones. Juan fue internacionalista, porque su voz se escuchaba en todo el mundo, y con cuánta razón decía con frecuencia: “la ciudad de México es como una isla perdida de Holanda”.
Pero sobre todas las cosas Juan Luis era mi amigo, y ¡cómo duele cuando un amigo se va! porque además de ser mi maestro, me brindó su amistad de tal forma que en dos libros que publiqué, me distinguió escribiendo sendos prólogos, con palabras inmerecidas.
Gracias Juan Luis por lo que nos diste a mi esposa, mis hijos y a mí, porque las varias veces que estuviste con nosotros en Tehuacán, Puebla, platicando a miles de adolescentes y padres de familia, siempre sembraste cosas buenas.
¡Cuánto DUELE CUANDO UN AMIGO SE VA!

Nota: El Dr. Juan Luis Álvarez Gayou falleció el 8 de mayo 2017 a la edad de 73 años, y hasta ahora ninguna institución oficial (SEP, SSA etcétera,) han expresado su sentir, y mucho menos un homenaje público. Algún día…..  
 

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