Hasta siempre Fidel

Es verdad, hoy es necesario hacer aclaraciones del pasado y explicarles a los jóvenes qué fue los que nos transformó ideológicamente; sobre todo, después del derrumbe de Muro de Berlín

Fidel Castro, en su último discurso pronunciado en la clausura del 7mo. Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), el 19 de abril de este año, se preguntó ¿Por qué me hice socialista? ¿por qué me convertí en comunista?, diciendo: “Esa palabra que expresa el concepto más distorsionado y calumniado de la historia por parte de aquellos que tuvieron el privilegio de explotar a los pobres, despojados desde que fueron privados de todos los bienes materiales que proveen el trabajo, el talento y la energía humana. ¿Desde cuándo el hombre vive en ese dilema, a lo largo del tiempo sin límite? Sé que ustedes no necesitan esta explicación, pero sí tal vez algunos oyentes”, precisó.

Es verdad, hoy es necesario hacer aclaraciones del pasado y explicarles a los jóvenes qué fue los que nos transformó ideológicamente; sobre todo, después del derrumbe de Muro de Berlín y la caída de los países socialistas, su transición hacia el capitalismo, se ha intentado enterrar el marxismo y, quienes en otras épocas se decían marxistas, hoy lo niegan, muchos de ellos están perdidos y a la deriva, sin ideología y sin banderas, movidos sólo por intereses personales; han olvidado que el marxismo es un instrumento de análisis de la realidad social y un medio para orientar la acción de quien pretenda contribuir a transformarla.

Después del desplome del “mundo socialista”, con el marxismo ha pasado lo mismo que con Jesucristo, cuando dijo a sus discípulos (Mateo 26:34-35, 74-75) “De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo… Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo… Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices… Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno…  Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre… Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre… Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre… Y en seguida cantó el gallo… Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente…”, esta narrativa nos muestra cómo la historia se repite en circunstancias distintas y quienes se decían marxistas en el pasado, hoy se niegan a sí mismos;. Por lo que, como decía Fidel, hay muchos que necesitan recordar o saber qué llevó a Fidel y a muchos de nosotros a convertirnos en socialistas, en comunistas, en revolucionarios, en rebeldes, en inconformes…

Respondiendo a esas preguntas, Fidel dijo: “Simplemente hablo para que se comprenda mejor que no soy ignorante, extremista, ni ciego, ni adquirí mi ideología por mi propia cuenta estudiando economía. No tuve preceptor cuando era un estudiante de leyes y ciencias políticas, en las que aquella tiene un gran peso. Desde luego que entonces tenía alrededor de 20 años y era aficionado al deporte y a escalar montañas. Sin preceptor que me ayudara en el estudio del marxismo-leninismo, no era más que un teórico y, desde luego, tenía una confianza total en la Unión Soviética. La obra de Lenin ultrajada tras 70 años de Revolución. ¡Qué lección histórica! Se puede afirmar que no deberán transcurrir otros 70 años para que ocurra otro acontecimiento como la revolución rusa para que la humanidad tenga otro ejemplo de una grandiosa revolución social que significó un enorme paso en la lucha contra el colonialismo y su inseparable compañero, el imperialismo”, apuntó Fidel.

A lo largo de la obra de Fidel, de sus discursos y de lo que escribió, hay muchos elementos para entender las razones que le llevaron a abrazar el socialismo y a convertirse en ejemplo para millones de revolucionarios en el mundo; pero también ahí está su contribución al marxismo-leninismo; pues no debemos olvidar que Fidel consagró su vida a la construcción del socialismo en Cuba, pero también a luchar contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo en el planeta, entendiendo que esa lucha era para preservar la humanidad y evitar su destrucción, y con ello la vida en el planeta.

El bloqueo económico hizo y continúa haciendo difícil la vida de millones de cubanos, pero no es producto de la revolución, como sus detractores quieren hacer ver. Sí con el bloqueo salvaje de más de 50 años, impuesto impunemente por los Estados Unidos para ahogar la revolución, los cubanos han sido capaces de avanzar en la salud, en la educación, en la investigación científica, en la cultura, en el deporte y en otras áreas ¿Qué hubiera sido hoy de Cuba sin el bloqueo?.

No se debe satanizar a Fidel y la revolución cubana, ésta ya es un ejemplo en el mundo. Al igual que el programa de “Hambre cero” del ex presidente Lula Da Silva, que ha sido copiado en México por el presidente Enrique Peña Nieto, las políticas públicas implementadas por el gobierno cubano son objeto de estudio y apropiación en muchos países hoy; sobre todo, porque el sistema de educación y sus frutos, el sistema de salud y seguridad social, son un baluarte de los éxitos que logró alcanzar la revolución cubana dirigida por Fidel.

Este fin de semana concluirá la marcha de la victoria de Fidel en Santiago de Cuba, los honores póstumos a él y a su obra, cuando sus restos mortales sean depositados junto a los de José Martí en el cementerio de Santa Ifigenia.  No obstante, si los enemigos de la revolución cubana esperaban que con la muerte de Fidel se desmoronara el socialismo en Cuba, se quedarán esperando medio siglo más, pues Fidel ha trascendido a la vida eterna con su muerte, al transformarse en pueblo y éste, hacer de la revolución y su continuidad, su permanente instrumento de desarrollo.

Fidel afirmó en su último discurso al que hacemos referencia aquí: “Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo; fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos transmitirles que el pueblo cubano vencerá”, concluyó.

Ha llegado el momento de decir adiós a Fidel, pero él y la revolución cubana permanecerán ahí en la historia universal, como un ejemplo de lo que se puede hacer en cualquier país cuando la transparencia y los intereses del pueblo se ponen por delante de los personales, del tráfico de influencias y la corrupción; cuando se quiere transformar la sociedad para hacerla mejor, para mejorar el bienestar de millones de seres humanos.

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