Política estadounidense
- Rebelión populista golpea a élite republicana; el ‘establishment’ ve peligrar su dominio en el Congreso y elecciones presidenciales de 2016
Faltan tres meses y medio para que arranque el proceso de primarias y caucus (asambleas electivas) que decidirán al nominado, pero hoy el magnate Donald Trump, el neurocirujano Ben Carson y la exdirectiva de Hewlett-Packard Carly Fiorina son los favoritos. Los tres, con un mensaje antipolítico.
Washington.- El Partido Republicano llega transformado al final de la presidencia de Barack Obama. Es un partido más derechista e imprevisible. La fracción radical, que ha bloqueado las iniciativas del presidente demócrata, se vuelve contra los jefes del partido. Las dificultades para encontrar a un speaker -el presidente de la Cámara de Representantes- reflejan las divisiones. En la campaña para suceder a Obama en las presidenciales de 2016, los aspirantes sin experiencia política y contrarios al establishment encabezan los sondeos del campo republicanos.
En su principal bastión de poder, el Congreso, el Partido Republicano carece de líder. El 25 de septiembre, John Boehner anunció que abandonaba el cargo de presidente de la Cámara de Representantes, el segundo, tras el vicepresidente, en la línea de sucesión del presidente de EU Boehner se declaró harto de los “falsos profetas” de la derecha del grupo parlamentario.
Quien debía sustituir a Boehner era Kevin McCarthy, el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes. El jueves, por sorpresa, McCarthy anunció que renunciaba al cargo. Tampoco se veía con fuerzas de domesticar a la cuarentena de congresistas más conservadores.
Al historiador Geoffey Kabaservice, autor de Rule and ruin (Lidera y arruina), un ensayo sobre el declive de los republicanos moderados, los rebeldes le recuerdan a Barry Goldwater, el senador por Arizona que fue el candidato republicano a las elecciones presidenciales de 1964.