Un hallazgo sin precedentes se registró en la población egipcia de Quweisna, al norte de El Cairo, en la región central del país africano, en el delta del Nilo. Se trata de la revelación de una tumba faraónica perteneciente a la III dinastía.
El Ministro de Antigüedades y Patrimonio Cultural de Egipto confirmó que quien yacía en el sepulcro era el rey Jaba, cuarto faraón del tercer linaje monárquico del Antiguo Egipto y el más antiguo en suscitarse en la región.
El hallazgo permitirá a los arqueólogos y antropólogos indagar más sobre esta dinastía ya que, de acuerdo con declaraciones del propio ministro de cultura, Mahmud al Damati, se conoce poco sobre esta etapa faraónica.
Los trabajos de excavación se remontan a 2006. El acceso meticuloso el sepulcro ha tomado casi 10 años, aunque fue en el 2014 que se supo sobre el nombre de quien yacía gracias a un sello con su nombre.
Jaba reinó por apenas seis años -del año 2643 al 2637 a.C.- y la pirámide en la que fue sepultado es una de las estructuras sepulcrales más antiguas que se han hallado, la mayoría de las descubiertas fueron contemporáneas del Imperio Romano.