Especialistas advierten que aún no existe evidencia para vincular este objeto con los navíos hundidos en 1519 por Hernán Cortés
Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron en Veracruz un ancla europea del siglo XV hecha con madera de un roble endémica del norte de España; sin embargo, los especialistas advierten que aún no existe evidencia para vincular al ancla con los navíos hundidos en 1519 por Hernán Cortés.
Se trata, mencionó el doctor Roberto Junco Sánchez, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, de un ancla europea que se encontró a 12 metros de la superficie, prácticamente cubierta por el sedimento marino, lo que ayudó a que, pese a tener casi cinco siglos en el lugar, ostente un buen estado de conservación.
El elemento de hierro mide 2.59 metros de largo en su caña y conserva no sólo sus dos brazos -de 33 cm cada uno-, sino también su arganeo y parte de su cepo de madera; componente este último que permitió a los especialistas tomar muestras y realizar estudios de datación para conocer su temporalidad, y de arqueobotánica a fin de indagar su procedencia.
Un primer examen hecho en el espectrómetro de masas del Instituto de Física de la UNAM, por un equipo a cargo de la doctora Corina Solís, fechó la madera, con una probabilidad de más de 95%, en un intervalo temporal que va de 1417 a 1492. En paralelo, otra muestra se envió al laboratorio Beta Analytic, de Estados Unidos, y fue ubicada, con una probabilidad idéntica, entre 1450 y 1530.
“Sabiendo que el árbol de cuya madera se labró el cepo pertenece al siglo XV, hicimos otros análisis en el Laboratorio de Arqueobotánica de la Subdirección de Laboratorios del INAH, los cuales mostraron que aquel árbol era un roble endémico de la cornisa cantábrica, al norte de España”, indicaron Susana Xelhuantzi y José Luis Alvarado, responsables de dicho laboratorio.
“No haber encontrado materiales asociados al ancla nos hace preguntarnos cómo terminó allí, o si fue abandonada pese a que, sabemos, eran instrumentos sumamente caros en su época”, comentó la doctora Melanie Damour.
A futuro, concluyó Roberto Junco, lo idóneo sería sacarla del mar y estabilizarla para garantizar su conservación. Asimismo, se buscaría que el objeto histórico pudiera permanecer en la Villa Rica y convertirse en un atractivo cultural y turístico de esta población veracruzana, donde también se asienta la Zona Arqueológica de Quiahuiztlán y los vestigios de la Villa Rica de la Vera Cruz, el primer ayuntamiento español en territorio mesoamericano y el segundo del continente americano, luego del Darién, en Panamá.
“Hicimos otros análisis que mostraron que aquel árbol era un roble endémico de la cornisa cantábrica, al norte de España”