PEDAZOS DE VIDA
I
Hace años dijo, me dijo…
– Acabo de pasar por el hotel donde dormimos la primera vez y está completamente lleno. Hice mi reservación y no ocupé la habitación en la que nos quedamos aquella vez. La reservé sólo para que nuestros fantasmas dejen el lugar en silencio. Para que mientras en las demás hay gemidos y gritos de placer, la de nosotros se mantenga en la muerte del lugar pero no del tiempo ni de la distancia.
Fue un 14 de febrero, cuando me lo dijo. Eso fue hace 10 años, aquella noche del Día de San Valentín, despedimos el día del amor y la amistad, entre risas y el llanto del recuerdo, entre la felicidad de estar conectados a través de una computadora pero tan distantes como para sentir nuestros abrazos, nuestro calor, como para sentirnos sin tener que mirarnos dentro de una pantalla, en ese tiempo las video llamadas en el celular eran un sueño, afortunados éramos porqué teníamos cámara para la web.
Hoy, seguramente todas las habitaciones estarán ocupadas, en tanto, el recuerdo de aquella vez es imborrable, y sé que aunque ya no estás aquí, seguirás recordando aquella habitación, la maldición del recuerdo le ha caído, como cada noche cae la oscuridad de donde cuelga la luna como arete viejo, hermoso pero sepia, recuerdo que no se puede tirar, recuerdo perenne que sin duda alguna se materializará con tu regreso.
II
Este año no caminaremos tomados de la mano iluminados por la luz de Puebla, este año no volverá a suceder, y no será como los 10 años que no ha sido. Tiempo en que he soportado tu ausencia.
Este año una vez más esos lugares habrán quedado malditos sin tocar nuestras sonrisas, sin oler nuestros perfumes, sin ser testigos de los besos que nos dábamos en cada punto donde mirábamos una estrella, este año no habrá cerveza ni cócteles, no habrá baile y tampoco infidelidad, este año sólo hay algo cierto, el recuerdo.