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Había una vez un barco chiquito…

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OPINIÓN

Quién iba a imaginar que la crítica hecha desde el Congreso local en la 62 legislatura, iba a pegar como cañonazo en barco comandado por el partido político propio.

Obviamente el entonces diputado Guillermo Galland Guerrero, como todos los pachuqueños, no imaginó que unos años más adelante el gobierno municipal de la capital hidalguense estaría encabezado por Yolanda Tellería, y en su pleito con el entonces presidente, Eleazar García Sánchez, decidió el mote de “Bachuca” para la ciudad de los vientos.

El entonces diputado del Partido Acción Nacional (PAN), incluso organizó un concurso para ver quién encontraba el bache más grande en las calles de Pachuca, desde entonces se hablaba de los baches en la ciudad, desde entonces el problema estaba presente, y en campaña política los candidatos incluida la fórmula ganadora del PAN, sabían que este sería uno de los temas a los que se tendría que hacer frente, pero no ha sido así e incluso pareciera que la situación se agrava cada día.

Como era de esperar, el tema es rapiña para politiquillos que toda su vida han vivido de chiche ajena, es decir, de los cargos que sus padrinos políticos les otorgan como migajas para tenerlos adiestrados y dispuestos al ataque, aunque se tengan que vestir ridículamente y se asemejen a personajes de la vecindad de “El Chavo del Ocho”, sobre todo al que se viste de marinerito, aunque hay que reconocer que el personaje de “Kiko” es simpático, no así el que se llama Canek, en un video en el que critica los baches de Pachuca.

Una vez más, y aunque el barco en el que aparece es pequeño, le queda grande a “Canekín El Politiquín”, así como le quedó grande la curul en el Congreso y como le han quedado grandes los puestos que ha ocupado, así como le quedó grande el PRI del cual huyó como ratón que escapa del barco que se hunde, y ahora Canek piensa resurgir como capitán de una nave que no podría conducir ni siquiera en el bache que tanto presume.

Así de miserable puede llegar a ser el intento de participación política dentro de un partido al que no corresponde, porque en el imaginario social, Canek es el político “fifí”, el pirruris que siempre ha tenido todo por regalos y no por una labor social real, el que hace berrinches sin decir “chusma, chusma”, el que aunque no infle los cachetes habla y habla con tal de encontrar un lugar con el oportunismo que ofrece la política en Hidalgo.

Y aunque muchos lo ven bien metido dentro del partido del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ya hay quienes le cantan “había una vez un barco chiquito que ni en bache pudo navegar…”, porque hasta en la crítica, el barquito le queda grandote a Canek, así las cosas, hacer leña del árbol caído, tratando de engañar a la gente que seguramente todavía recuerda a Canek sin gafas, ni barquito, el ex diputado que abandonaba la sesión del congreso para ir a comer tacos. Ni con la crítica, este barco se mantiene a flote, ya lo dicen las gaviotas del recuerdo…