HOMO POLITICUS
Obama y la singularidad de sus acciones marcan una nueva era en las relaciones USA-Cuba, todo es felicidad y ensueño.
La base militar en Guantánamo, encierra no sólo el peso histórico de Estados Unidos frente a Cuba en su hostigamiento político, sino también, esconde un lúgubre escenario en la detención de presos políticos de diferentes partes del mundo en las que Estados Unidos ha tenido desencuentros.
En los hechos, Guantánamo no sólo es una base militar norteamericano sino una de sus cárceles, sólo que esta es para presos políticos. En Guantánamo se cometen atrocidades y violaciones sistemáticas a los derechos humanos en nombre de la libertad al estilo norteamericano; en la administración Obama, se prometió que esta cárcel se cerraría, cosa que no ha ocurrido y que sin ir más lejos, no se sabe cuántos presos políticos alberga y de qué nacionalidades porque existe secrecía al respecto.
Ha trascendido a nivel internacional que Estados Unidos trasladó a 15 prisioneros políticos desde Emiratos árabes, cuestión que debería ser tratada por Naciones Unidas, ya que de los prisioneros poco o nada se sabe y, parecen ser recluidos de por vida, situación que se maneja bajo la discrecionalidad del gobierno de Washington y que degrada a la humanidad.
La prisión de Guantánamo no tiene más límites que su espacio territorial, pero describe el peso del establishment que puede negarlo todo, hasta la dignidad humana que pesa menos que la ilusión del porvenir, aunado a las prácticas de tortura que se efectúa en esa cárcel y que se sabe que son comunes, recordemos que existen presos de Irak, que no han visto la luz en décadas y que merecen la atención internacional.
Ya sé que la ONU vale madre, ya sé que no faltará el imbécil que diga que los presos políticos en Guantánamo tienen la culpa, pero ¿hasta dónde llega lo legal y la justicia frente al derecho a una vida digna y, hasta donde debe ser castigado un hombre que “aparentemente” ha cometido un delito político?