Grecia entre las negociaciones y el desencanto de la población

Grecia hoy constituye el eslabón más débil del mundo capitalista, el país donde las contradicciones económicas y sociales se han agudizado al máximo con la crisis y los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI)

 

Grecia se ha convertido en un tema recurrente en todos los medios a nivel planetario. La razón de ello es que este país muestra la fragilidad económica de la Unión Europea y de la zona del euro, en medio de una crisis iniciada en 2008 que hasta hoy los países del Grupo de los 20 (G20), que se han erogado el derecho a conducir los destinos de la economía mundial, no han podido solucionar.

 

 

Pero además, porque Grecia hoy constituye el eslabón más débil del mundo capitalista, el país donde las contradicciones económicas y sociales se han agudizado al máximo con la crisis y los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI), creando las condiciones para una revolución social, para el surgimiento de movimiento radical de izquierda Syriza y de sus lideres, los que deberían de conformar la vanguardia de un movimiento revolucionario para reorganizar y trasformar un país que no puede seguir funcionando como hasta hora lo ha hecho.

 

 

Pero la preocupación de los europeos y de los países desarrollados va más allá de obtener el rembolso de los recursos financieros prestados hasta hoy a Grecia. Lo cierto es que con la crisis económica internacional y la crisis de la deuda, han surgidos movimientos sociales que se han conformado ahora como partidos políticos, Syriza en Grecia y PODEMOS en España, por ejemplo. En ambos casos, asumiendo posiciones radicales en contra del orden establecido por la socialdemocracia europea y los socialcristianos, que habían supuesto que el marxismo, como instrumento de análisis histórico y guía revolucionaria, habían sido enterrados bajo los escombros del Muro de Berlín.

 

 

La preocupación es global, pues la interconexión que existe hoy entre los mercados financieros provoca movimientos de capital bruscos cuando se presentan problemas de insolvencia de un país, cuando se realizan atentados, se desploma una plataforma petrolera, o mejoran o empeoran las relaciones entre dos países, por decir algo.

 

 

Grecia nos mostró en las semanas pasadas de lo que es capaz, en México el peso se desplomó más de lo que venía haciéndolo gracias a la desconfianza de los inversionistas, ya bastante asustados con la inseguridad que se vive en el país, y seguramente saldrán muchos más una vez que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) anuncie el aumento de las tasas de interés.

 

 

Pero en Grecia todo parece indicar que su agonía llevará más tiempo y que quienes gobiernan la Unión Europea harán todo para evitar que Syriza o PODEMOS gobiernen para los marginados, para los pobres y los excluidos, harán todo para evitar que su ejemplo se vuelva un cáncer que transforme a la Europa actual.

 

 

Y no estamos hablando de la vieja experiencia del socialismo impuesto en los países del Este de Europa, que fue una experiencia en un momento histórico de la humanidad, sino de cambios en la gobernanza de los países de Europa que los hagan más democráticos, más humanos, donde sus gobiernos dejen de gobernar para las empresas y los bancos, para el capital financiero, y lo hagan para todos los ciudadanos.

 

 

Por ahora, el gobierno de la Unión Europea, establecido en Bruselas, espera que esta semana, incluso hoy martes, se selle el acuerdo para materializar el tercer plana de rescate, luego de los dos fallidos puestos en marcha desde 2010. Este lunes, Grecia se comprometió a una carrera contra el tiempo para poder lograrlo, espera poder concluir rápidamente un proyecto de acuerdo sobre el tercer paquete de ayuda que le permita recibir hasta 86 mil millones de euros en los próximos tres años; pero sus socios, Alemania en particular, prefieren un buen acuerdo, en lugar de firmar apresuradamente.

 

 

Este fin de semana, después de intensas negociaciones, las autoridades griegas y los acreedores parecían haber llegado a punto de completar un compromiso entre las dos partes: una en el contrato de crédito y las reformas pertinentes, por otra las “acciones previas” que el gobierno debe adoptar antes de la primera entrega, según lo solicitado por el FMI. Entre las medidas negociadas en las últimas horas están las necesidades financieras específicas de Grecia y el nivel deseable de recapitalización de los bancos.

 

 

Este panorama muestra que finalmente el miedo doblegó al primer ministro griego, Alex Tsipras, y que no estaba preparado para conducir a su país a una revolución, a una revuelta contra Bruselas, contra sus acreedores y la forma de doblegar al país helénico con el poder del dinero. Finalmente los acuerdos parecen estar a la vuelta de la esquina, pero las heridas del pueblo griego, la miseria, el desempleo, el hambre, están abiertas y sólo será cuestión de tiempo para que tengamos nuevas noticias de este país, otras que no sean las negociaciones eternas entre el gobierno y sus acreedores o la imposición de los programas de ajuste del FMI, que al final tendrán los mismos resultados desafortunados que en México, en empobrecimiento de la mayoría de la población.

Related posts