Grecia,  al borde de ser un infierno  para un capitalismo en crisis

NÚMEROS CLAROS

Que los países desarrollados vuelvan a la senda del crecimiento y superan la crisis, en buena medida dependerá del futuro de Grecia. Cuando en 1982 los países desarrollados, los bancos comerciales y la banca de desarrollo multilateral, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), le ofrecieron a México innumerables líneas de crédito y le prestaron dinero que terminó siendo derrochado, sustentado en la enorme riqueza petrolera recién descubierta, no imaginaron que nuestro país podría declararse insolvente cuando aumentaron las tasas de interés y se cayeron los precios del petróleo. Entonces la alarma de la insolvencia mexicana llevó a todos sus acreedores a buscar soluciones para la restitución de los créditos.

 

 

Ahora le ha tocado a Grecia tener en la zozobra al mundo financiero y a la economía mundial; de su suerte dependerá el futuro de la economía capitalista y de la Unión Europea. Por lo pronto, el ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, admite que Grecia no tiene más remedio que llegar a un acuerdo con sus acreedores, a pesar de que va a ser difícil poder concretar alguna solución.

 

A medida que pasa el tiempo, Grecia se ve cada vez más limitada de dinero en efectivo y se encuentra en una posición de debilidad financiera, pero sobre todo para negociar con sus acreedores y hacer respetar sus posiciones. El viernes pasado en Riga, en la reunión del Eurogrupo,Yanis Varoufakis se encontró solo frente a una audiencia de ministros europeos preocupados por la suerte de la zona del euro y de la Unión Europea; frustrados y cansados, los ministros le solicitaron al ministro griego de finanzas, por unanimidad, que acelerara los trabajos para presentar la lista de reformas exigidas acordadas por el Eurogrupo el 20 de febrero pasado.

 

El presidente del Eurogrupo, JeroenDijsselbloem, ha descartado la posibilidad de cualquier desembolso parcial de las ayudas de la Unión Europea, ha no ser que se presente el amplio programa de reformas acordado. En tanto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha recordado a los riesgos que el BCE no ha cerrado el grifo para abastecer el sistema bancario griego de liquidez, pero eso podría pasar más rápido de lo que esperan si no se dan prisa con el paquete de reformas acordado.

 

 

Grecia, pese a las promesas electorales del gobierno, de defender la dignidad del pueblo griego frente a los bancos, la Comisión Europea y el FMI, parece no tener más alternativa que acelerar las negociaciones y llegar a un acuerdo con sus acreedores. Yanis Varoufakis y el gobierno griego tienen por misión concluir en dos meses un programa de reformas que el gobierno anterior no pudo cumplir en dos años; sin embargo, ha reconocido que no hay otra opción que aceleran las negociaciones.

 

Hay diferencias enormes entre el gobierno de Grecia y sus acreedores. Si bien se reconoce la necesidad de revisar el sistema de pensiones griego a medio plazo, el gobierno helénico tienen claro que la disminución en los niveles de las pensión solicitado por el FMI, no tiene nada que ver con la estabilización de la economía a corto plazo. Otro punto de desacuerdo,es el tema de las hipotecas para la no devolución de los préstamos. Mientras que los bancos griegos están paralizados por sus carteras de préstamos hipotecarios en moratoria de pagos, el gobierno griego se niega cualquier legislación hipotecaria que permita a la incautación de bienes y echar a la calle a miles de familias griegas como ha pasado en España. Para el BCE, es posible proteger a los pobres, pero para ello solicita desbloquear la recuperación del crédito bancario.

 

La próxima reunión del Eurogrupo está programada para el 11 de mayo en Bruselas y la probabilidad de llegar a un acuerdo para entonces parece ser complicada, sobre todo porque los acreedores griegos no tienen interés en apoyar a un gobierno popular que adquirió el compromiso de velar por los interés de los pobres y los trabajadores, ellos quieren su dinero cueste lo que cueste, al margen de que aumente la pobreza en Grecia y millones de familias pierdan sus hogares. Yanis Varoufakis ha dicho que la eurozona y Grecia “no tienen el derecho de no llegar a un acuerdo.”

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