Gran Angular

Humos de cambio (1) 

Raúl Rodríguez Cortés 
AGENCIA EL UNIVERSAL 

Es desalentador que asuntos de trascendencia histórica como la resolución de la Corte que avala el autoconsumo de mariguana, los atendamos con tan poca información y mucha de ella manipulada por miedos y prejuicios. 
Habría que empezar por decir que la elaboración que se percibe de una política pública sobre el asunto, no pretende alentar al uso de esa droga ilícita que, sin duda, hace daño aunque, de acuerdo con algunos especialistas, es sensiblemente menos adictiva que el tabaco o el alcohol. 
Lo que se pretende es que la decisión de la Corte abra el debate sobre el fracaso de las políticas prohibicionistas a ultranza y se logre contener lo que llaman sus “externalidades” sociales: violencia y ruptura del tejido. 
La Corte determinó que cinco artículos de la Ley General de Salud son anticonstitucionales, toda vez que la prohibición total del consumo de la mariguana vulnera el derecho humano al libre desarrollo de la personalidad. 
Con ese criterio, la Corte otorgó el amparo solicitado por cuatro personas contra la negativa de la Cofepris de permitirles la siembra de marihuana para el autoconsumo. Los promotores del amparo, integrantes de la asociación civil “México Unido contra la Delincuencia”, no son por cierto consumidores de la droga. Lo que hicieron fue explorar otro camino legal para llegar al fondo de su planteamiento: la política prohibicionista ha fracasado y ha tenido un alto costo en sangre y violencia. 
Este amparo, por supuesto, sólo aplica para los cuatro demandantes, es una tesis aislada que no obliga a su aplicación automática en casos similares, puesto que no ha sentado jurisprudencia. Ésta sí obliga a su aplicación automática, pero se obtiene hasta que se completan cinco resoluciones en el mismo sentido y seguidas una de otra. 
Por lo pronto, cualquiera que recurra a la Corte a solicitar el amparo, tendrá que recorrer el mismo camino, pero ahora con el antecedente de una resolución respecto a un asunto sobre el que cabría esperar el mismo resultado. 
Esa vía, la del forcejeo, es la que al parecer decidió seguir el gobierno si nos atenemos a su primera reacción: insistir exageradamente que no se legalizó comercialización y distribución de la mariguana, lo que sin duda es cierto. Bien pudo, sin embargo, haber rescatado con mayor ánimo el hecho de que la resolución abre un debate para reflexionar sobre el fracaso del prohibicionismo en México y el mundo. Y esa reacción bien pudo estar fundada en la contundencia del fallo: cuatro ministros contra uno, lo que no es menor y muestra una tendencia de sólidas bases jurídicas. 
No se pierda de vista, claro está, que el gobierno está obligado a aplicar la ley que rige en el país y a acatar las convenciones internacionales suscritas con la ONU en materia de estupefacientes y sicotrópicos los años 1961, 1971 y 1988, puntas de lanza de la normativa internacional contra las drogas. 
Pero, indudablemente, esa normativa tiende a modificarse y hoy se perciben humos de cambio en tres vertientes: 
1. La que tiene que ver con la despenalización del consumo y posesión de la marihuana hasta ciertas cantidades. México ya lo hizo y aunque es ilegal, no está penado portar hasta cinco gramos de la droga. Se diferencia así al consumidor del narcomenudista, tendencia que salvo los países islámicos, Cuba y China, aplica ya en todo el mundo. 
2. El que tiene que ver directamente con la cannabis, que es el eslabón más débil de todo el sistema prohibicionista por ser una sustancia sensiblemente menos adictiva que el alcohol y el tabaco. En esta vertiente están países como Uruguay, donde el Estado se ha hecho responsable de toda la cadena de producción y distribución; EUA, donde en 20 estados se ha aprobado su uso médico y en cuatro el recreativo; y otros países como Portugal, España y Holanda, donde el prohibicionismo se está desregulando. 
3. La que tiene que ver con la propuesta que están haciendo varios países para cambiar las convenciones de la ONU en la materia, de manera que cada país tenga margen de maniobra para decidir cuál es el mejor arreglo normativo. Esta vertiente tendrá una gran oportunidad de consolidarse en la reunión especial que sobre el consumo de drogas llevará a cabo la ONU, con la participación de 189 países. 
El prohibicionismo lo que hace es entregarle la gestión del mercado de las drogas al crimen organizado. Arrebatarles el mercado que representa 50% de sus ingresos, el de la mariguana, sin duda los debilitaría. 
Comentarios: rrodriguezangular@hotmail.com y raulrodriguezcortes.com.mx 
Twitter: @RaulRodriguezC 

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