El desastre económico del país no es menor: creció exponencialmente la deuda del gobierno federal; en la bancarrota una gran cantidad de gobiernos estatales y municipales
La administración del presidente Enrique Peña Nieto llegó a la mitad de su sexenio. No obstante que su partido y su aliado el Verde ganaron la elección intermedia, hay un ambiente de agotamiento institucional, de gobierno colapsado. Lejos del esplendor como salvador de México, la imagen del Presidente de la República ha adicionado a su fama de inculto, la de incompetente y deshonesto.
Hay una desconfianza mayoritaria entre la población. El último resquicio de credibilidad se esfumó con El Chapo Guzmán.
El hombre al que la televisión inventó una imagen de exitoso y cuyo equipo en la administración federal presumía objetivos y metas fabulosas en lo político y en lo económico, han sido desastrosos para el país. La política trocó en un vendaval de regresiones autoritarias que nunca imaginamos en el peor de los escenarios ante el regreso del PRI.
El desastre económico del país no es menor: creció exponencialmente la deuda del gobierno federal; en la bancarrota una gran cantidad de gobiernos estatales y municipales, la nociva reforma fiscal que aumentó impuestos y ni así el gobierno logró su meta de obtener mayores ingresos, ni hacer crecer la economía, ni generar más empleos. Gasolinazos anuales y aumentos en los precios de muchos bienes, productos y servicios, la reforma energética ofreció bajar las tarifas y la semana pasada nos anunciaron un aumento de 15% en la energía para consumo industrial.
Revivió a la Secretaría de la Función Pública para designar al titular que investigaría “el posible conflicto de interés” en la adquisición de sus propiedades, y con desfachatez de antología el subordinado lo exoneró de toda responsabilidad. Anunciaron cambios en el gabinete y terminó en enroques donde los que no sirvieron donde estaban pasarán a experimentar nuevos fracasos en otras dependencias. Ahora resulta que la ex secretaria de Turismo es experta en Relaciones Exteriores, y el que ocupaba esa cartera, lo es en Desarrollo Social. El aumento de 2 millones de pobres se le premia a Rosario Robles con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Los dos principales responsables de la tragedia que vivimos quedaron intocados. Osorio Chong sigue al frente de Gobernación con 57,410 asesinatos en 32 meses, y Luis Videgaray en Hacienda con el dólar a 17.14 pesos.
Arrinconado por méritos propios, Peña Nieto recurrió a su mayor adversario político interno para entregarle la conducción del PRI antes del tercer Informe: a Manlio Fabio Beltrones. A tres años de aquel ofrecimiento de Cambiar y Mover a México, el balance es de enorme frustración y decepción. Obviamente el Presidente dirá lo contrario; pero la realidad es más fuerte que la dura propaganda. Otra vez la sensación es de un tiempo desperdiciado.