GIEI: Por fin, terminan sus vacaciones

Terraza

 

Queridos lectores, hace un par de semanas decía en este mismo espacio que era una lástima haber desperdiciado tanto tiempo, tanto esfuerzo y tanto dinero en la triste historia de los 43 desaparecidos para que no se tengan resultados o no se quieran aceptar los resultados con los que se cuenta.

 

Cuando todo indicaba que la verdad sobre la desaparición de los 43 estudiantes, se encontraba en las discusiones entre el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que entre paréntesis como bien dicen algunos analistas, no se sabe que tan expertos son y, que definitivamente no son independientes y el gobierno de México, hasta ahora solo ha hecho proselitismo el GIEI, se ha dedicado a acompañar a las víctimas y, sobre todo, a las organizaciones sociales y políticas. La pregunta que nos hacemos muchos en este año que llevan investigando ¿que han aportado, que tenga sustento?

 

De lo que se conoce solo presentaron un peritaje sobre el basurero de Cocula, que por cierto, estancó la investigación durante este año y que fue desechado por un tercer peritaje realizado; hay que tomar en cuenta que fue realizado por expertos que ellos designaron y que también desecharon. Será muy interesante profundizar en el informe que entregaron como finiquito de su actuación en nuestro país. No dejarlo en lo mediático.

 

En pocas palabras ¿que tenemos los ciudadanos de toda esta información?:

 

Tenemos la verdad histórica que nos presentó Jesús Murillo Karam y que concluye que fueron levantados los estudiantes por la policía municipal y entregados a sicarios de Guerreros Unidos, donde fueron ejecutados e incinerados en el basurero de Cocula y que los del GIEI dicen que no hubo ningún incendio en el basurero.

 

A todo esto, hay que sumarle la del Grupo de Expertos en Fuego, que reconoce lo dicho por Jesús Murillo, que si hubo incendio en ese basurero la noche del 26 al 27 de septiembre del 2014 y que por lo menos 17 personas fueron hechas cenizas.

 

Tenemos también lo dicho por la Comisión de los Derechos Humanos, que dice que en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa no solo participaron los policías municipales de Iguala, sino también los de Huitzuco, lo cual no contradice la versión oficial sino adiciona más información.

 

Felipe de la Cruz, vocero de los padres de los 43 normalistas desaparecidos comentó en una entrevista que los padres de los normalistas siempre han señalado que la versión de Cocula no es la única línea de investigación que debería seguir la PGR por lo que han estado insistiendo en dar seguimiento a lo dicho por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que preside Luis Raúl González Pérez.

 

Tal parece que entre más información surge sobre el tema, más confusión se genera. De lo que se conoce sobresale que los normalistas tenían intención de reunir dinero mediante “boteo” para poder asistir a la marcha conmemorativa del 2 de octubre en la ciudad de México.

 

Hablar de una prórroga resultaba inviable ante la serie de hallazgos y hechos que cuestionaban el trabajo de este grupo GIEI: la identificación genética hecha por la Universidad de INNSBRUCK de dos normalistas entre los restos hallados en el río San Juan Cocula; la aprehensión de autoridades, policías y sicarios que han confesado la calcinación de normalistas en el lugar; la fotografía de la NASA mostró que en los días de la tragedia hubo nubosidad en Cocula, y no sirve de prueba para saber si hubo o no incendio; la investigación ministerial estableció que el famoso quinto camión no tiene rastros de transporte de drogas, echando abajo la hipótesis del GIEI; el vuelco del abogado de los familiares, Vidulfo Rosales, quien ya aceptó que fueron Guerreros Unidos los asesinos; no ha encontrado una línea de investigación diferente a la oficial.

 

Pero el golpe demoledor es el tercer peritaje acordado por el mismo GIEI y el gobierno mexicano ya que se dice que si hay evidencia de un evento de fuego de grandes dimensiones y que por lo menos, se recuperaron  restos óseos de 17 personas.

 

Si se quiere encontrar la explicación de lo que pasó la noche del 26 de septiembre del 2014, difícilmente alcanzará a resolver todas las dudas si no se toman en cuenta la penetración y la relación, de políticos de todos los niveles en esa zona como bien dice Raymundo Riva Palacio. Iguala es el microcosmos de muchos años de corrupción, protección e impunidad que solo se acabará con la voluntad política para llevarlo a cabo, que depende únicamente del gobierno federal.

 

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