G20: hidrógeno, el futuro de la seguridad energética

NÚMEROS CLAROS

    •    Ahora comienza a hablarse del “G20 verde” y seguramente, las energías renovables y el fin de la era del petróleo será uno de los temas de la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Osaka, Japón, los próximos 28 y 29 de junio


Uno de los problemas de México ha sido la dependencia de la economía del petróleo. Hoy, después de décadas la producción del petróleo ha caído junto con los precios internacionales y la reforma energética, aprobada en 2013, ni ha producido un incremento en la producción de petróleo ni ha servido para detonar el crecimiento de la economía y del empleo.
En el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la producción de petróleo se ha convertido en una obsesión y en un objetivo para poder incrementar la capacidad de refinación nacional y reducir la compra de gasolinas en el extranjero. Sin embargo, todos en el planeta tienen plena conciencia sobre el hecho de que se está llegando al fin de la era del petróleo, debido a que éste se está agotando y cada vez es más difícil extraer el petróleo pesado, cuya tecnología es muy costosa; de aquí que, en la mayoría de los países petroleros se esté invirtiendo en otras tecnologías para producir energía.
En este sentido, la carrera por las energías alternativas a los combustibles fósiles se está acelerando en el mundo de hoy. Este fin de semana, en la reunión de los ministros de medio ambiente del Grupo de los 20 (G20) en Karuizawa, Japón, los Estados miembros trabajaron en un proyecto de cooperación para posicionar al hidrógeno como la futura fuente de energía el mercado global; haciendo un llamado urgente a reducir las emisiones contaminantes en el planeta.
Los países miembros del G20 producen el 80% de las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, entre ellos México y Chile en Latinoamérica, por lo que se ha convertido ya en un imperativo sustituir el petróleo como fuente energética de sus economías. Los acuerdos de país, abandonados por los Estados Unidos en 2017, siguen en discusión para ponerlos en marcha en el mundo; sin embargo, mientras ellos se materializan, el calentamiento global y sus consecuencias, continúa cobrando más víctimas y alimentando tensiones, como el reciente ataque a dos buques petroleros en el Mar Arábigo.
Ahora comienza a hablarse del “G20 verde” y seguramente, las energías renovables y el fin de la era del petróleo será uno de los temas de la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Osaka, Japón, los próximos 28 y 29 de junio. A esta reunión no acudirá el presidente de México, quien ya ha dicho que enviará una carta a través del Canciller, Marcelo Ebrard; sin embargo, es imprescindible que nuestro país sume sus esfuerzos para reducir el calentamiento del planeta y apueste por las energías renovables, más que por continuar invirtiendo en la extracción del petróleo en proceso de agotamiento.
El uso del hidrógeno, el desarrollo de la celda de combustible, se ha convertido ya en una prioridad en los países desarrollados. En principio, como uno de los promotores del uso de las energías renovables, Japón logró acuerdos de cooperación entre los países del G20 sobre este tema; por lo que la Unión Europea, para la implementación conjunta de modelos que permitan el uso de hidrógeno en escalas cada vez más grandes, armonizando sus regulaciones. Otro acuerdo, fue establecer un memorando de cooperación para acelerar las tecnologías del hidrógeno; por lo que su papel como reductor de gases del efecto invernadero, será un tema dentro de un programa de estudio y evaluación, el cual efectuarán conjuntamente Japón y los Estados Unido.
Sin embargo, quedarán muchas de las virtudes del hidrógeno por ser verificadas. Según un estudio de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el hidrógeno puede ser una de las claves para el éxito de la transición energética. No obstante, para ello será necesario que los gobiernos tomen medidas para su uso masivo y reducir los costos en sus economías; tema en el cual autoridades gubernamentales y empresas privadas están comprometidas a trabajar conjuntamente en diferentes sectores como la energía, automoción y tecnología; por lo que los proyectos de producción van cada vez más en aumento, en países de Asia, Europa, Estados Unidos y Medio Oriente hasta ahora; una energía verdaderamente limpia que no emite dióxido de carbono si se produce con energías renovables.

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