
Frente a la Ciudad del Conocimiento de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) se extendió la lona rojinegra que contenía, resumida en tres renglones, la esencia del pensamiento que motivó a cientos de personas a acudir a Pachuca para respaldar a los estudiantes de la máxima casa de estudios: “Hermano universitario, hoy somos el apoyo que un día nos negaron”.
Todavía no eran las nueve horas, pero el implacable sol estaba “rudo”, las mantas que se pintaron al momento no tardaron nada en secarse, mientras tanto, de los autobuses y colectivas que hacían parada en el lugar, se bajaban personas de distinta edad y género, egresados y estudiantes de las diversas carreras universitarias, todos unidos por la idea de apoyar el paro hecho por los estudiantes del Instituto de Artes (IDA).
Mientras el tiempo avanzaba, los estudiantes se aseguraban de que los recién llegados hubieran comido algo, tuvieran agua para beber e incluso repartían bloqueador en crema y aerosol que un grupo de personas les llevaron para compartir, de igual forma se conformó una comisión de primeros auxilios y además se informó sobre el protocolo de seguridad que se debía seguir en caso de encontrarse con algún grupo porril o de choque enviado por las autoridades universitarias, como sucedió el pasado martes 19 de septiembre en las instalaciones del edificio central de la UAEH ubicado en Abasolo en la ciudad de Pachuca.
La salida
El contingente salió de la Ciudad del Conocimiento para avanzar sobre la carretera Pachuca-Tulancingo en dirección al Hospital General, durante el camino, no faltaron los automovilistas que obligados a detenerse por unos minutos respaldaron la manifestación con el sonido de su claxon, tampoco faltaron aquellos que se bajaron para tomar una fotografía o grabar algún video, la manifestación de estudiantes y egresados convocaba a eso, a formar parte de este suceso, que marca una importante pauta en la historia universitaria.

El avanzar
De esta forma, con automovilistas que se pronunciaban a favor ya fuera con el silbar de sus vehículos o con el puño levantado fuera de sus automóviles, la marcha avanzaba. Cobijada por los dedos pulgares de señoras y señores adultos mayores que en la avenida Madero daban signos de aprobación a los estudiantes y egresados, de igual forma, las botellas de agua que amablemente salió a repartir una mujer y sus hijos que esperaban afuera de su negocio pronto fueron aceptadas por integrantes de la marcha, viendo así que la población está con ellos, de una u otra forma las garzas de la universidad comenzaron a remontar una vez más el vuelo, buscando romper las cadenas de la corrupción, el nepotismo, la prepotencia, la violencia y la falta de respeto que han mostrado las autoridades universitarias.
Al ver estas muestras de respaldo, los estudiantes contestaban con una consigna: ¡Sí se ve, sí se ve, ese apoyo sí se ve!

¡Fuera Sosa!
Entre las consignas que en manifestaciones pasadas, eran más frecuentes en contra de Octavio Castillo Acosta, rector de la máxima casa de estudios, María Teresa Paulín Ríos, directora del IDA y de José Esteban Rodríguez Dávila, ahora se agregaron con mayor fuerza aquellas dirigidas al ex presidente del patronato universitario, Gerardo Sosa Castelán, y el Grupo Universidad, al que catalogaron como “lo más podrido” que hay dentro de la institución.
Los egresados pertenecientes a distintas generaciones, recordaron los atropellos, el silencio, los abusos, las amenazas con expulsiones y los abusos de maestros en distintas formas, de igual manera, abrieron una nueva hoja en el libro de la historia universitaria para recordar la forma en que el Grupo Universidad tomó la UAEH para no soltarla hasta la fecha.
Por lo anterior, a las consignas se sumaron las siguientes: “Fuera Sosa”, “Se va a caer, se va a caer, la Sosa Nostra se va a caer”, y en el mitin realizado en las escalinatas del edificio central de la UAEH, los pronunciamientos no se hicieron esperar en contra del apellido Sosa, al que calificaron de “cacique, porro y delincuente”, de igual forma recordaron que se encuentra detenido y aprovecharon el momento para pedir que saque las manos, de una vez por todas, de la máxima casa de estudios, “la autoridad debe de rendir cuentas a su comunidad”.

Concluye la marcha
Fueron alrededor de cuatro horas de recorrido sin que se callaran las voces, los recuerdos de los egresados se convirtieron en combustible para el alma, una forma de acompañar a una generación que catalogada “de cristal” ha mostrado mayor fuerza para denunciar y destapar la cloaca de una universidad que necesita ser saneada, una universidad a la que se le tiene amor por aquellos profesores y gente que acuden a trabajar y no por la serie de parásitos, agresores, violentadores mantenidos en sus puestos por ser incondicionales “al licenciado”, gente que sigue buscando la forma de amedrentar y amenazar a la comunidad universitaria para provocar miedo, como el que seguramente ya han comenzado a sentir todos los señalados en la manifestación.
La manifestación concluyó a la altura de la Preparatoria Número Uno, lugar donde quedó claro que el respaldo de egresados a la legítima manifestación y peticiones de los alumnos de la UAEH es una constante y es real, juntos ayer encendieron la antorcha de la esperanza con un mensaje claro: ¡Fuera Sosa! Y con él, fuera todos sus allegados, incondicionales y protegidos.
