ALFIL NEGRO
México quedó ya fuera del mundial de futbol, porque nuestra selección no tuvo la capacidad ni de pasar al nivel que siempre pasábamos, lo que provoca sobre todo en los aficionados un sentimiento de frustración y de enojo, y en los que dicen no estar interesados en este juego, expresiones como: “lo de siempre”, “se los dije”, “nada nuevo”, y frases por el estilo.
Pero este jueguito tiene mucho parecido a la política.
Porque usted como muchos se preguntará: ¿y por qué nos pasa esto, por qué no somos capaces de ganar, no servimos para este deporte, somos nacidos para perder?
Vale la pena buscar las causas que expliquen esta situación.
Aventuremos alguna explicación de por qué perdimos, y en qué forma.
Se supone qué hay responsables que ahora ni la cara dan, pero que si se hubiera ganado sería el momento en que estarían en todos los medios de comunicación, luciendo lo logrado como fruto de su trabajo y su talento, porque la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana.
Los directivos de nuestro fútbol por lo que se ve, privilegian el negocio y el dinero, que no está mal, sobre lo deportivo, de tal manera que poco a poco destruyen lo competitivo por el negocio, y vaya que es negocio con decisiones que dan resultados como los que sufrimos ahora.
EL ENTRENADOR que es el jefe de la selección fue, porque todo indica que ya se va, GERARDO MARTINO, a quien le dicen EL TATA, argentino del que se comentó era una maravilla en este asunto, pero que por los resultados ya se ve que no lo es tanto.
Hay cosas elementales para aspirar a ganar y una de ellas es TENER A LOS MEJORES, que no se vio en esta selección. Dejó fuera a jugadores que todo mundo sabía que representaban seguridad para el gol como JAVIER HERNÁNDEZ Y EL CHAQUITO, simplemente porque él decidió llevar a jugadores que significaban que era él quien mandaba, y el resultado es el que se vive, pocos goles y estar fuera.
El juego contra Argentinas fue una muestra de miedo, porque no se necesita saber mucho de futbol para ver que salió a defenderse y a darse por vencido antes de jugar porque este señor no mandó a ningún delantero.
No llevó a los mejores y renunció al ataque, no es extraño lo que nos pasó.
Un país como el nuestro tan lastimado en su unidad, pudo lograr en este deporte un factor que nos uniera en el deseo de ganar, porque el deporte se supone no tiene o no debiera tener colores ni uniforme político, pero todo se fue a la basura porque ya estamos fuera.
Es como en la política, donde a la hora buena cuando se selecciona a quienes serán candidatos, se actúa al estilo del Tata y no se lleva a los mejores o a los que se lo merecen sino a los hijos, a los parientes o amigos, para que tengan oportunidad de hacerse de dinero y de ganancias. Y se juega de acuerdo a las conveniencias en eso de ganar o perder .
Basta ver quiénes son los dirigentes de los partidos para tener una idea, sobre todo en el PRI cuyo dirigente, el tal ALITO, es una burla para los priistas del país.
Fútbol y política, dos actividades que van de la mano y en las cuales por el momento que se vive estamos fuera.
