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Frío 

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PEDAZOS DE VIDA 

A diferencia de las reuniones familiares y el calor de hogar que generan las fiestas decembrinas, la presencia de la familia en casa las veinticuatro  horas del día los siete días de la semana, se convirtieron en el infierno que nadie pidió, en el frío que vino a entumir las relaciones familiares. 

Cuando llegó “la espora”, como le llaman a la enfermedad y al gente vio la forma en que la piel convertida en ámpulas de diversos tamaños se inflaban para después reventar como burbujas dejando una estela de asco, dolor y ardor, supieron que la enfermedad iba en serio, que aunque muchos no le temen a la muerte sí tienen pánico a morir lentamente, padeciendo cada uno de los dolores que genera la enfermedad de la espora. 

Dentro de los hogares el infierno de la eterna convivencia en medio de la carestía que ha generado el problema de afuera, la realidad sería otra si aquellos que encerrados en sus casas no tuvieran que preocuparse por los alimentos y cosas necesarias para sobrevivir. Quizá no habría problemas entre las parejas y tampoco habría episodios de violencia que se hacen más frecuentes cada día. 

Quizá no habrá mucho cambio, porque los que sí tienen la oportunidad de encerrarse con todas las comodidades y garantías de estar bien, se quejan por no poder salir de sus residencias y mansiones,  se quejan por no poder salir a broncearse la piel en la playa o viajar a Nueva York para ir de compras y para ellos también la convivencia es un infierno, porque están acostumbrados a estar aislados en una realidad que se han creado y ahora no pueden subir más fotos a sus redes sociales por lo que significa un encierro eterno pero tampoco se atreven a desafiar la realidad de la espora porque esa enfermedad es el acabose de los rostros y la piel. 

Al final,  después de los 40 días encerrados, ya no se aguanta más y los que comienzan a salir mueren infectados, también sus familias, no hay cura para la enfermedad y tampoco le han puesto un nombre oficial. Ahora la muerte baila en las calles, sabiendo que tiene a la plaga rodeada, poco a poco los humanos caerán como en su momento ante ellos cayeron las cucarachas.