Al inicio eran unos cuantos, un par de camionetas y un puñado de gente, que encabezados por el “Obispo Negro”, Oscar Pelcastre Almanza, sacaron a “la Doña” de su templo para hacer una procesión por las calles céntricas de Pachuca, sin embargo, a más de 20 años de haber comenzado el culto a la Santa Muerte, en la actualidad son cientos de personas las que conforman esta procesión como parte de su creencia, su fe y su devoción a la “Niña Blanca”.
Los seguidores de la “Flaquita” cuentan que acuden debido a la paga de mandas, favores recibidos, para hacer peticiones que consideran “imposibles” o simplemente para festejar con ella su día en la Catedral de la Santa Muerte ubicada en el 333 de la colonia Plutarco Elías Calles en Pachuca.
Entre los milagros y favores que los seguidores cuentan haber recibido hay curaciones, reencuentros con personas, libertad en cárceles, mejoras en la economía, salud en personas amadas, y más. Basta con acercarse a los que acuden para saber cuál fue el milagro o acto que los hicieron creer en la Muerte.
Llegan con imágenes, de rodillas, o caminando descalzos, el objetivo es brindar parte de ese sacrificio a la “Madrina” hacerle ver que son recíprocos que cumplen con sus promesas con el respeto y la fe que se le tiene. Así es el culto a la Santa Muerte en Pachuca.
