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CONSULTA POPULAR EN HIDALGO: LAS URNAS HABLAN                                                                                                  

La puesta en marcha por primera ocasión de la Consulta Popular como un mecanismo de participación ciudadana en México ya hizo historia. Se puso a prueba el tamaño y alcances de la democracia que se practica en el país y el proceso político muestra que aún no alcanzamos mayoría de edad, una gran parte de la población no tuvo la información y también hubo detractores que sistemáticamente descalificaron este nuevo ejercicio ciudadano.  

Por cierto impulsada en el sexenio de Peña Nieto, la Consulta Popular es un mecanismo que amplía las formas de participación ciudadana, hasta ahora solo había una “democracia representativa” limitada que en la historia de México está plagada de fraudes electorales a nivel nacional (1952, 1988, 2006) y los estados a nivel de gubernaturas y municipios donde imperaba la hegemonía priista que como los galleros de Jalisco: “siempre ganó y sino arrebato”, lo hemos visto hasta muy reciente en 2020 en Hidalgo.

Poner en la mesa como primer tema el “juicio a los ex presidentes” de los últimos treinta años (Salinas, Zedillo, Fox, Calderón Peña Nieto), de inmediato causó polémica y polarización pero no por el significado que tiene poder opinar sobre qué hacer ante la impunidad en que obraron con un sistema autoritario sino porque obviamente los partidos políticos y más que nada las elites beneficiadas con el sistema social y económico que impulsó el PRIAN fueron los que se opusieron, hicieron vacío en redes sociales, medios oficiales y pasquines

Fuera de la discusión malsana los saldos de este primer ejercicio de “democracia directa” son positivos. De acuerdo con la Ley Federal de Consulta Popular, el Instituto Nacional Electoral (INE) es el encargado de realizar la difusión, organizar, instalar casillas y hacer el cómputo nacional y distrital de las consultas. Sin embargo, la actual presidencia y algunos consejeros fueron desde el primer momento omisos y renuentes en clara confrontación con López Obrador, situación institucional inédita. Esto derivó en que se instalaran 60% menos de casillas y no hubiera la difusión que marca la ley.

Ante un padrón electoral enorme de 93.6 millones de electores solo salió el 7.11% que representan la nada despreciable cantidad de 6,663, 208 de mexicanos. Es de destacar la votación por estados: donde gobierna Morena y donde tuvo triunfos recientes se registró la mayor afluencia: Tlaxcala, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Ciudad de México y fueron notables los estados donde gobierna el PAN la menor afluencia: Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato y Jalisco.

En este contexto, resalta la participación de la consulta en el estado de Hidalgo, ocupó el sexto lugar de participación: la asistencia fue del 10.3% de un total de 2, 252, 555 del listado nominal, lo que representaron 233, 079 hidalguenses que salieron a votar. Se puede decir que fue todo un acontecimiento a nivel de la democracia local ya que a pesar de varios factores, el número es relevante; hay que decir que solo se instalaron 1,362 secciones electorales de un total de 3,978 casillas que se instalaron en junio pasado, es decir no se instalaron el 66% de casillas que fueron compactadas.

Los aspectos que pudieron afectar la poca influencia es: la desinformación, que los medios de comunicación local hicieron vacío hasta el final, ni siquiera la radio y TV estatal fueron garantes de dar la información de una consulta legal y organizada por el poder público; en lo que corresponde al INE, no dio información de la compactación de casillas sólo dio información en internet, esto fue para el acceso de derechos en el medio rural principalmente y para la gente de escasos recursos, en municipios llamó la atención que la selección de casillas se hiciera no en lugares poblados sino en lugares aislados, la gente tenía que trasladarse una o dos hora para votar. En fin.  

No obstante, para una entidad como Hidalgo donde ha sido hegemónica la política autoritaria, la participación ciudadana tiene semillas de potencialidad democrática, sobre todo para el futuro inmediato, la disputa de la gubernatura en 2022. Se están cayendo las estructuras del viejo régimen en Hidalgo, son los ciudadanos, desde abajo y desde la gente, los que lo están logrando, tras décadas de miseria y mal gobierno. Las urnas hablan, su voz parece inapelable.