CINE DE HOY
El segundo programa de cortos de la 5ª edición del Eco Film presentado en la Cineteca Nacional, comprendió 14 trabajos de diferente origen y manufactura sobre el cambio climático.
El mejor de todos fue sin duda Yumi, agua es vida de Marco Melgar, que muestra la lucha de una comunidad indígena peruana, que trata de conservar sus tierras y tradiciones, frente a una trasnacional minera, que adquirió con engaños un parque ecológico y que contamina la tierra y el agua de toda la zona, ante la impasibilidad gubernamental.
Otro corto dedicado al tema fue Cosechadores de agua, de Roberto Olivares Ruiz, que muestra cómo indígenas oaxaqueños han hecho pozos que les permiten captar el agua de la lluvia, para poder seguir sembrando hortalizas.
The spoon revolution, de Mauricio Bernadez resalta los valores de una alimentación basada en frutas y vegetales, que es más sana para el cuerpo y para el planeta que la que utiliza la ganadería.
La mayoría como The little things de Iñigo Eguren, Indiferencia de Eréndira Hernández, A tiempo de Luis Fernando Cacho o El efecto invernadero, tratan de crear una conciencia ecológica presentando apocalípticas visiones del futuro.
Aunque se trata de intentos bien intencionados, el uso de actores no profesionales o efectos especiales mínimos, más bien parecen regaños que consejos, por lo cual no se antojan muy efectivos en sus buenas intenciones.
Con todo, el mensaje es muy claro: está en nuestras manos evitar el cambio climático, reciclando, usando menos vehículos contaminantes y cuidando el agua.
